25 nov 2019 , 11:39

Japón, un país extremadamente limpio que no tiene papeleras

bbc-cintillo

Muchos japoneses llevan su auto nuevo al santuario para que un sacerdote lo purifique.

Los estudiantes están sentados con sus mochilas en sus escritorios, ansiosos por ir a casa después de otro largo día de siete clases de 50 minutos.

 

Pero llegan las últimas palabras del maestro: "Todos, a la limpieza de hoy. Las líneas uno y dos limpiarán el aula. Las líneas tres y cuatro, el pasillo y las escaleras; y la línea cinco limpiará los inodoros".

 

Unos cuantos quejidos surgen de la línea cinco, pero los niños se ponen de pie, agarran los trapeadores y cubetas de un armario en la parte posterior del aula y se van trotando a los baños.

 

Escenas similares suceden en escuelas de todo el país.

 

La mayoría de los visitantes que van por primera vez a Japón se sorprenden de lo limpio que está el país. Luego notan la ausencia de papeleras. Y barrenderos.

 

La respuesta fácil es que los propios residentes lo mantienen así.

 

"Desde la escuela primaria hasta la secundaria, la limpieza es parte del horario diario de los estudiantes", dijo Maiko Awane, subdirectora de la oficina del gobierno de la prefectura de Hiroshima en Tokio.

 

La inclusión de este elemento en el currículo escolar ayuda a los niños a desarrollar una conciencia social y orgullo de su entorno.

 

¿Quién quiere ensuciar una escuela si luego va a tener que limpiarla?

 

Al llegar a la escuela, los estudiantes dejan sus zapatos en unos casilleros y se ponen zapatillas.

 

En las casas, las personas también dejan sus zapatos de calle, en la entrada y se quedan con calcetines.

 

Algunos ejemplos de limpieza japonesa extrema se han vuelto virales, como el ritual de limpieza de siete minutos de los trenes Shinkansen (trenes de alta velocidad que conectan todo el país), que se ha convertido en una atracción turística por derecho propio.

 

Incluso los hinchas de fútbol en Japón son conscientes de la limpieza. En los mundiales de Brasil (2014) y Rusia (2018), los fanáticos de la selección nipona asombraron al mundo al quedarse después de los partidos para recoger la basura del estadio.

 

Los jugadores también dejaban sus camerinos en perfecto estado.

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