06 abr 2020 , 09:51

Científicos que clonaron a oveja Dolly trabajan en tratamiento contra coronavirus

Laboratorio plantea el uso de células inmunes de voluntarios jóvenes y sanos.

Ante el azote del coronavirus en el mundo entero, científicos responsables de la clonación de la oveja Dolly le ofrecieron al Gobierno británico sus hallazgos para un posible tratamiento contra el COVID-19. 

 

Los investigadores del laboratorio privado TC Biopharm, ubicado cerca de Glasgow, ya han utilizado la nueva terapia -que utiliza transfusiones de células inmunes- para tratar con éxito el cáncer. 

 

De acuerdo con infobae.com, que cita al Daily Telegraph, los especialistas ahora esperan que también funcione contra el coronavirus.

 

“Uno de los principales desafíos de la lucha contra la infección viral es desarrollar algo que ataque a las células infectadas y no a las células normales”, indicó el asesor médico estratégico de TC Biopharm, Brian Kelly.

 

De acuerdo con su explicación, “la solución que se nos ocurrió fue mirar las defensas naturales del cuerpo a la infección viral”.

 

Hay un subconjunto muy pequeño de células T gamma delta que son la primera línea de defensa en la infección viral. 

 

Añade que en los pacientes que han luchado con éxito contra el COVID-19, estos han ampliado su propio sistema inmunológico y eso persiste después para evitar que se infecten de nuevo.

 

“Cuando las células del donante detectan un virus, comienzan a destruirlo mientras que también lo señalan al resto del sistema inmunológico como una intrusión alienígena que requiere ser erradicada”, mencionó. 

 

Incluso si el virus mutara y volviera al cuerpo, la transfusión podría repetirse y seguiría funcionando.

 

Los médicos pueden infundir las células de un paciente en una sesión única de solo una hora de duración.

 

TC Biopharm fue fundada en Edimburgo en 1996 por Angela Scott, quien fue parte del equipo que clonó a la Oveja Dolly. La misma Dolly sufría de una enfermedad pulmonar inducida por un virus.

 

Dolly ha continuado inspirando la investigación científica durante 20 años después de que fuera revelada al mundo en 1997.

 

Fue nombrada en honor a Dolly Parton, la curvilínea cantante country norteamericana, porque la célula adulta utilizada había sido de una glándula mamaria. Su nacimiento desencadenó un furioso debate sobre la ética de la clonación, una disputa que se profundizó con las posibilidades de la clonación humana.

 

Dolly fue el único cordero sobreviviente de 277 intentos de clonación y fue creada a partir de una célula extraída de una oveja finlandesa de seis años. 

 

Dolly sufrió de artritis y una enfermedad pulmonar inducida por un virus y, finalmente, murió el 14 de febrero de 2003.

 

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