04 feb 2015 , 11:01

La educación emocional en los niños hace la diferencia

Los problemas que los niños actualmente experimentan pueden darse por cambios socioculturales.

"El aprendizaje social y emocional es como una póliza de seguro para una vida sana, positiva y satisfactoria", Linda Lantieri

 

Diferentes estudios sugieren que para el 2020 los desórdenes psicológicos en niños aumentarán considerablemente. Se dice que puede que aumenten un 50%.  El porcentaje es aterrador. Cada vez son más los padres quienes acuden a psicólogos desesperados por las dificultades emocionales y conductuales que sus hijos presentan.

 

Los problemas que los niños actualmente experimentan pueden explicarse, en parte, por la cantidad de cambios socioculturales que se han producido en los últimos años, entre los cuales podemos considerar el incremento de la tasa de divorcios, la influencia de los medios de comunicación, el uso excesivo e inapropiado de tecnología, la falta de modelos de sumisión o el poco tiempo que los padres les dedican a sus hijos. 

 

 

 

 

El ritmo acelerado de la vida actual afecta a los niños

 

A su vez, hoy en día los niños son víctimas del ritmo acelerado de vida en el cual los adultos a su alrededor se encuentran. No hay descanso, ni espacio para lo lúdico. Además la competitividad en nuestra sociedad va en aumento, por lo que existe una presión constante para que los niños logren cada vez más éxitos académicos, por lo tanto, la escuela se ha convertido en una fuente de estrés para los niños. Probablemente podemos influir en algunos de los factores nombrados, sin embargo muchos de esos cambios se van de nuestras manos. 

 

 

 

 

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Al encontrarnos frente a cambios inevitables la pregunta que nos debemos hacer es ¿qué  podemos hacer para que nuestros hijos crezcan como miembros productivos y felices en nuestra sociedad?

 

Prevenir antes que lamentar

 

Muchos son los padres que se ocupan de los problemas emocionales solo cuando existen manifestaciones que los alertan, prestando una considerable atención a las conductas inadecuadas y emociones desproporcionadas. Si bien estos problemas se pueden tratar y/o solucionar una vez que aparecen, siempre será mucho más difícil resolver un problema que evitar que se manifieste. 

 

En otras palabras, sería mucho mejor que se tomaran medidas preventivas para los problemas emocionales. ¿Por qué esperar al punto que un problema surja si antes se puede prevenir?

 

Evidentemente no existen garantías de que al hacerlo se puedan erradicar completamente las dificultades emocionales, sin embargo las medidas preventivas pueden lograr que dichos problemas se solucionen más fácilmente y se erradiquen los obstáculos en el desarrollo normal de un niño. 

 

 

 

 

Coeficiente Intelectual vs. Coeficiente Emocional

 

Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Emocional, revela resultados de  investigaciones que señalan que el CE (coeficiente emocional) es tan importante como el CI (coeficiente intelectual) con respecto al desarrollo saludable del niño y su éxito futuro. 

 

En su publicación él escribe "A pesar de la consideración popular que suelen recibir, uno de los secretos a voces de la psicología es la relativa incapacidad de las calificaciones académicas del CI para predecir el éxito en la vida.  Existen muchas más excepciones a la regla de que el CI predice el éxito en la vida que situaciones que se adapten a la norma. En el mejor de los casos, el CI parece aportar tan solo un 20% de los factores determinantes del éxito (lo cual supone que el 80% restante depende de otra clase de factores)". Finalmente Goleman concluye que tener un CE elevado es por lo menos tan importante como tener un CI elevado. 

 

Beneficios de una educación emocional

 

Cada vez más investigaciones demuestran el beneficio de brindarles a los niños una educación emocional desde temprana edad. Si los niños desde pequeños aprenden a expresar sus emociones de forma asertiva y se relacionan en dinámicas afectuosas y respetuosas es más probable que eviten trastornos de salud mental, como la depresión, la agresividad, y al mismo tiempo muestran que se reduce el riesgo del consumo de drogas o alcohol. 

 

Además las investigaciones han aportado gran cantidad de datos que indican que los estudiantes obtienen mejores resultados cuando el aprendizaje académico se combina con el aprendizaje social y emocional. 

 

 

 

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Actualmente la mayoría de instituciones educativas han reconocido los beneficios de incorporar en su malla curricular la enseñanza de habilidades socioemocionales, sin embargo la primera escuela en donde los niños aprenden estas habilidades siempre será su entorno familiar. 

 

Es en el hogar donde los niños aprenden a expresar sus emociones, entender las emociones de los otros, y cómo el resto reacciona frente a estas emociones. Por lo tanto, si  deseamos tener hijos emocionalmente inteligentes, debemos ser padres emocionalmente inteligentes. Una vez que seamos capaces de enseñar a nuestros hijos estas habilidades de vida nos podremos sentir seguros que los hemos preparado para el futuro. 

 

Karina Bustamante de Huerta

Psicóloga Clínica

Psicoterapeuta TREC y TCC

Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores

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