31 jul 2014 , 05:03

Con el aeropuerto de Guayaquil ampliado, se espera recibir 7 millones de pasajeros al año

La terminal aérea cuenta actualmente con un área aproximada de 60.000 metros cuadrados.

El alcalde, Jaime Nebot, inauguró al mediodía de este jueves 31 de julio una moderna ampliación del internacionalmente premiado aeropuerto guayaquileño José Joaquín de Olmedo.

 

Un terminal de lujo, como es el aeropuerto internacional José Joaquín de Olmedo de Guayaquil,  en funcionamiento desde el 2006, abrió sus puertas con su nueva área de aproximadamente 7.000 metros cuadrados de ampliación, luego de un acto oficial presidido por el burgomaestre.

 

Las obras contemplan las ampliaciones de las salas de preembarque de vuelos nacionales y de arribos nacionales, instalación de tres nuevos puentes, conocidos también como mangas de embarque de pasajeros, con lo cual el aeropuerto cuenta con 10 en total; instalación de dos ascensores panorámicos en el área externa; ampliación del área de control de seguridad en la salida de vuelos nacionales, comedor para uso de los empleados del aeropuerto, sala de capacitación, nuevas instalaciones para las oficinas de las aerolíneas, jardín exterior y jardín vertical interior.

 

Con dicha ampliación, la terminal aérea cuenta con un área aproximada de 60.000 metros cuadrados, y se aspira atender anualmente a 7 millones de pasajeros.

 

Durante el acto de entrega oficial de las nuevas instalaciones, Ángel Córdova Correa, gerente general de la concesionaria Terminal Aeroportuaria de Guayaquil S.A. (TAGSA), destacó que la ampliación de dichas áreas les permitirá ofrecer un mejor servicio a los usuarios de la terminal aérea, obras que, dijo, comprenden una inversión total de aproximadamente 15 millones de dólares, dinero que provino en su totalidad de la empresa privada.

 

En tanto, Nebot hizo una breve apología de lo que fue el antiguo aeropuerto Simón Bolívar de Guayaquil construido en 1962, así como de los 30 años durante los cuales se habló “como acostumbran hacer los que hablan” del nuevo aeropuerto y de las condiciones caóticas en que este operaba, “con burros y perros descansando en el portal, así como agua y lodo en sus instalaciones cuando llovía”.

 

“En dos años, esa pocilga de aeropuerto, entonces manejada  por el Gobierno Central, se convirtió en una terminal decente, la que ahora opera como un gran centro de convenciones. Dos  años después, y con apenas 17 meses de construcción, este aeropuerto tomó forma”, recordó el burgomaestre durante la inauguración de las nuevas ampliaciones construidas “sin que al Municipio de Guayaquil le cueste un solo dólar”.

 

Antes de concluir, el Alcalde garantizó que las mejoras continuarán en Guayaquil, siempre y cuando, la gente crea en el progreso y libertad, y de ser así “esto recién empieza, al menos en Guayaquil”, concluyó el burgomaestre.

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