Tres ríos de Azuay son afectados por derrame de desechos mineros

Luego de que colapsara una de las tres relaveras de la minera Barranco Colorado en el cantón Ponce Enríquez de Azuay, siete retoexcavadoras trabajan en el río Chicho para remover 20.000 metros cúbicos de residuos y así poder extraer el oro. 

El desplome, ocurrido la noche del martes, originó la afectación directa de los ríos Chico, de Azuay y Gala y Tenguel, de Guayas, cuyas aguas pasaron de turbias a grises.

El miércoles a primera hora se movilizaron hasta la zona del desastre las autoridades de Ambiente, Salud, de la Agencia de Regulación y Control Minero, del Municipio de Ponce Enríquez y de la parroquia Tenguel, para conocer la magnitud de la tragedia y tomar acciones inmediatas.

Alexandre Benposta, accionista de la minera Portugalia en Zhumiral, aseguró a los medios que este derrame de desechos minerales es un “sabotaje”. 

A lo largo de 13 hectáreas se evidencia el lodo que arrasó con todo a su paso y afectó a los poblados que utilizan el agua para sus actividades. Patricio Sánchez, alcalde de Ponce Enríquez, califica a este hecho de “tragedia ambiental”.

Gustavo Rivadeneira, consultor ambientalista de la empresa minera Portugalia, dice que estas arenas no contienen cianuro ni mercurio, porque ellos extraen el oro por gravedad. Además, sostiene que el río Chicho fue contaminado hace 30 años por otros mineros. 

Por su lado, el Ministerio de Medio Ambiente colocó sellos de suspensión hasta que los informes revelen las causas y la magnitud de los daños al medio ambiente. 

Estaban Torrachi, director del Ministerio del Ambiente en Azuay, junto a un equipo técnico y otro de la Unidad de Gestión Ambiental del Municipio de Ponce Enríquez, pidieron a la ciudadanía que no utilice el agua de estos ríos por ningún motivo, ya que el radio de intoxicación podría ser severo. Aunque, según él, los desechos de la piscina de flotación no contenían cianuro.