15 ene 2015 , 11:22

Hollande: los musulmanes son las "primeras víctimas" del fanatismo

Hollande decidió como lugar para dirigir un mensaje conciliador a los musulmanes.

El presidente francés, François Hollande, dijo este jueves que los musulmanes son las "primeras víctimas" del fundamentalismo en el mundo, mientras se celebraban los funerales de cinco de las 17 víctimas de los atentados yihadistas de la semana pasada.

 

Los funerales de Wolinski y Tignous, dos de los dibujantes emblemáticos de Charlie Hebdo, tuvieron lugar este jueves en París. Mientras tanteo se mantiene el fuerte apoyo al semanario satírico, cuya primera edición tras los atentados, con una caricatura de Mahoma en la tapa, volvió a agotarse en cuestión de minutos.

 

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La publicación siguió generando rechazo en el mundo islámico. En Francia los responsables musulmanes buscaron aliviar la tensión llamando a los imanes a transmitir en su prédica del viernes "la esencia del mensaje coránico y sus valores universales y humanistas".

 

El papa Francisco volvió por su lado al debate, y afirmó a la prensa, camino de Filipinas, que "la libertad de expresión" no da derecho a "insultar" la religión del prójimo. El sumo pontífice aseveró también que matar en nombre de Dios es una "aberración".

 

"Reglas, principios y valores"

 

Hollande eligió como lugar para dirigir un mensaje conciliador a los musulmanes la moderna sede del Instituto del Mundo Árabe de París, a orillas del Sena, que también proclamó en su fachada "Yo soy Charlie" tras los ataques de la semana pasada que dejaron 17 muertos.

 

"Los musulmanes son las primeras víctimas del fanatismo, el fundamentalismo y la intolerancia", señaló Hollande en su discurso.

 

Según el mandatario francés, "el islamismo radical se alimentó con todas las contradicciones, todas las influencias, todas las miserias, todas las desigualdades, todos los conflictos no resueltos desde hace demasiado tiempo".

 

"También debemos recordar (...) que el islam es compatible con la democracia, y que debemos rechazar las amalgamas y las confusiones. Y especialmente en Francia. Los franceses de confesión musulmana tienen los mismos derechos, las mismas obligaciones que todos los ciudadanos. Deben ser protegidos. El laicismo contribuye a hacerlo porque respeta todas las religiones", dijo el presidente de la República.

 

"Francia es un país amigo, pero Francia es un país que tiene reglas, principios y valores, y entre esos valores hay uno que no es negociable, y que no lo será nunca, es la libertad, la democracia".

 

"Quiero que los (musulmanes) que viven en Francia puedan sentirse unidos, protegidos, respetados, de la misma forma que ellos deben respetar a la República", insistió el presidente francés. 

 

El adiós a Tignous y Wolinski 

 

Tras el entierro el miércoles de Cabu, el padre del concepto "beauf" (estereotipo del francés conservador de clase media), este jueves era incinerado Wolinski en el célebre camposanto de Père-Lachaise.

 

Tignous debía ser inhumado en el mismo cementerio parisino, después de una emotiva ceremonia en la alcaldía de Montreuil, localidad al este de la capital.

 

El viernes se hará un homenaje al dibujante Charb, director de Charlie Hebdo, en Pontoise, cerca de París, y será enterrado en una ceremonia íntima en el cementerio de la ciudad.

 

El formidable espíritu de solidaridad con el semanario, una semana después de la matanza en la redacción, seguía  vivo este jueves.

 

El nuevo número publicado el miércoles por los supervivientes, con la caricatura de Mahoma en la portada, continuaba vendiéndose masivamente este jueves, y desde antes incluso de las siete de la mañana, muchos kioscos habían vendido ya todos sus ejemplares.

 

El miércoles se agotó un millón de ejemplares, y el distribuidor, la MLP, espera entregar un millón más este jueves y otro tanto el viernes, algo insólito en la historia de la prensa francesa. La tirada total del nuevo número será de cinco millones.

 

Desde el exterior se encargaron ya unos 130.000, que llegarán desde el jueves a una treintena de países.  

 

Gracias a donaciones que afluyen desde todas partes, a los ingresos de las ventas y a las ayudas prometidas por el gobierno, el semanario recibirá más de 10 millones de euros. Un seguro de vida para varios años y una revancha para esta pequeña publicación que estaba al borde de la quiebra.

 

Crispación en el mundo musulmán

 

El enorme éxito de Charlie Hebdo en los kioscos benefició a sus pares, el también semanario satírico Le Canard Enchaîné, donde Cabu publicaba sus dibujos desde hacía 30 años, y el diario Libération, que acogió en su sede a los sobrevivientes de la matanza. El Canard Enchaîné publicó el miércoles casi un millón de ejemplares, el doble de lo habitual.

 

En el exterior, la caricatura de Mahoma continúa suscitando crispación en varios países musulmanes, aunque  las críticas fueron hasta ahora moderadas.

 

Al Azhar, principal autoridad del Islam sunita, con base en Egipto, llamó a los musulmanes a "ignorar" esta "frivolidad odiosa".

 

En Turquía, la justicia prohibió la difusión por internet de la caricatura del profeta publicada en portada por Charlie Hebdo que, sin embargo, sí reprodujo el diario Cumhuriyet, decidido adversario del régimen islamo-conservador del presidente Recep Tayyip Erdogan.

 

Ha sido el único diario de una país musulmán en osar publicar en soporte papel la polémica caricatura.

 

Desde Afganistán, los talibanes condenaron la publicación de esa caricatura, y felicitaron a los hermanos Said y Chérif Kouachi, autores de la masacre en Charlie Hebdo, por haber hecho "justicia con los autores de estos actos obscenos".

 

Dos países tomaron oficialmente posición contra el semanario: Senegal, que prohibió la difusión de Charlie Hebdo y del diario Libération, e Irán, que calificó la cubierta del semanario de "insultante", aunque condenando a la vez el terrorismo.

 

El ataque a Charlie Hebdo fue reivindicado el miércoles por Al Qaida en Yemen, que dijo que la acción tuvo como objetivo "vengar" a Mahoma.

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