09 sep 2014 , 10:36

Como Occidente subestimó a Estado Islámico

El presidente Obama había comparado al Estado Islámico, con un equipo aficionado.

Thomas Sparrow

BBC Mundo, Washington (@bbc_sparrow)

Al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le apasionan los deportes y tiende a usar referencias del fútbol americano, el béisbol o el baloncesto para explicar sus políticas. Es una estrategia común que, sin embargo, no siempre le sale como él quiere.

 

En una entrevista que le dio en enero a la revista The New Yorker, el presidente comparó al grupo que hoy se conoce como Estado Islámico (EI) con un equipo aficionado de baloncesto.

 

"La analogía que utilizamos a veces por acá, y creo que es acertada, es que si un equipo juvenil menor se pone el uniforme de los Lakers no se convierte en Kobe Bryant", dijo el mandatario sobre los militantes que acababan de tomar la ciudad iraquí de Faluya.

 

Obama agregó que había que diferenciar entre "la capacidad y el alcance de un Bin Laden" y "yihadistas involucrados en varias luchas y disputas de poder locales".

 

Nueve meses después, la situación es distinta: Estado Islámico ya no es un equipo de segunda sino la mayor amenaza internacional que ha afrontado Estados Unidos en años, además de una fuerza capaz de hacer que países como Reino Unido eleven su "alerta terrorista" a severa y que se tenga que formar una coalición internacional para combatirla.

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Cuatro pinochos

El nuevo protagonismo de EI en las políticas de países como Estados Unidos y Reino Unido ha recordado esa analogía deportiva de Obama y desde entonces sus asesores en Washington entraron en modo "control de daños".

 

Josh Earnest

Josh Earnest trató de darle un giro a la analogía que hizo Obama entre Estado Islámico y el baloncesto aficionado.

 

 

A una rueda de prensa reciente, el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest llegó con la transcripción de esa entrevista y tras leer las citas de Obama en voz alta explicó que el presidente no estaba hablando específicamente de Estado Islámico, sino de una "variedad de extremistas alrededor del globo".

 

Obama repitió ese argumento en una entrevista el domingo, agregó que EI no es un equipo aficionado y aseguró que ya había anticipado algunos de los problemas actuales hacía algunos meses.

 

Sin embargo, no todos le han creído al gobierno el spin o giro. La unidad de verificación de datos del diario The Washington Post galardonó a Earnest con "cuatro pinochos", su calificación más alta para cuando un político no dice la verdad, y demostró que The New Yorker sí le estaba preguntando por EI.

 

Más allá de quién tenga la razón, el mismo Obama ya sugirió que había subestimado al grupo cuando habló poco después de autorizar los primeros ataques aéreos en Irak.

 

"¿Subestimamos a ISIL (como el gobierno lo llama)? Creo que no hay duda de que su avance, su movimiento en los últimos meses ha sido más rápido que las estimaciones de inteligencia y las expectativas de políticos tanto dentro como fuera de Irak", dijo.

 

Aunque el caso de Estados Unidos es el más notorio, otros países de Occidente también pudieron haber subestimado a los militantes, según le dijo a BBC Mundo Stephen Biddle, experto en estrategia militar de la Universidad George Washington, en la capital estadounidense.

 

"Probablemente subestimaron también la amenaza, pero las consecuencias de que lo hiciera Estados Unidos son mucho mayores, porque teníamos el poder de hacer mucho para prevenir que esto pasara si hubiéramos mantenido fuerzas en Irak después de 2011", dijo.

Lea también: cómo Estado Islámico se volvió "la mayor amenaza" de EE.UU.

 

Operando en un banco de niebla

Que EI haya tomado a Washington por sorpresa se debe en parte a sus propias habilidades, pues creció velozmente en 2014 y logró victorias estratégicas como la toma de Faluya o la represa de Mosul, la más grande de Irak.

 

Pero también se debe a la inteligencia de Washington, que perdió capacidades cuando se retiraron los últimos soldados de Irak en 2011 y comparativamente sabía mucho menos de Estado Islámico que de otros grupos como al Qaeda.

 

"En los primeros días, cuando nos preguntaron sobre la situación, tuvimos que reconocer que estábamos operando en una capa de niebla", le dijo en julio al Congreso Brett McGurk, subsecretario de Estado asistente para Irak.

 

"Hubo momentos tensos mientras tratábamos de separar los rumores y la propaganda de los hechos sin tener inmediatamente los ojos en el terreno", agregó.

 

Además, Washington se vio afectado por su relación con las autoridades iraquíes.

 

Obama aseguró que parte de la razón por la que se subestimó a EI es que no entendió hasta qué punto las fuerzas de seguridad de Irak, cuando estaban lejos de Bagdad, "no tenían el incentivo o la capacidad de mantenerse firmes contra un adversario agresivo".

 

La búsqueda de una estrategia

Este debate se produce mientras el gobierno se prepara para anunciar el miércoles el siguiente paso de su estrategia en Irak y en Siria.

 

Washington ha realizado más de 140 ataques aéreos en Irak y ha concentrado sus esfuerzos en la búsqueda de una coalición internacional para reaccionar a la amenaza de EI.

 

El presidente ha recibido fuertes críticas desde que admitió recientemente que todavía no tenía una estrategia definida, y tanto detractores republicanos como colegas demócratas le han pedido que asuma la amenaza con más resolución.

 

También, sin embargo, hay quienes aprueban que él se lo piense dos veces antes de tomar una decisión. El exsecretario de Estado asistente PJ Crowley le dijo a la BBC que "Obama hace bien al no apurarse tras ISIS en Siria".

 

"Si bien hay una urgencia en todo esto, todavía hay tiempo para desarrollar una estrategia apropiada y ganar aliados para llevarla a cabo", agregó la semana pasada.

 

Con los vuelos de reconocimiento que fueron autorizados en Siria, el presidente seguramente estará buscando también recolectar la información de inteligencia necesaria para que Estado Islámico no lo tome por sorpresa allá como ya lo hizo en Irak.

Lea también: los vuelos espía que ponen a Obama en un dilema en Siria

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