16 jun 2014 , 04:58

Hombre rescatado tras intentar cruzar el Atlántico a remo narra su odisea

El escocés Niall Iain Macdonald partió desde Nueva York y llegaría a su país natal en septiembre.

El escocés Niall Iain Macdonald, de 39 años, quien partió desde Nueva York el pasado día 5 de junio y tenía previsto llegar a Escocia en septiembre, tras un viaje a remo en solitario de más de 5.000 kilómetros, estaba a punto de entrar en la cabina para descansar, cuando una ola golpeó en el estribor de la la embarcación, lo que le hizo perder el equilibrio y caer.

 

El hombre acababa de guardar los remos, único instrumento del que se valía para impulsar la pequeña embarcación, y con la sacudida provocada por la ola, uno de los remos golpeó su cabeza y él cayó hacia atrás, quedando tendido en el piso.

 

El fuerte dolor que sintió en la espalda le hizo saber que estaba en problemas. Durante 15 largos minutos no fue capaz de moverse, pero al reaccionar se sentó como pudo,. El dolor "era terrible" y estaba claro que no podía seguir remando.

 

"Dadas las circunstancias, sentía que era la única opción llamar a la guardia costera y pedir ayuda", narra recientemente en su página de Facebook, donde pide disculpas por "haber tardado tanto tiempo en escribir" y contar su situación, a la cual calificó como "un momento intenso y dramático".

 

Publicación by Niall Iain Macdonald.

Ahora, está procesando todo lo que le ha ocurrido y asumiendo que su odisea, remar a través del Atlántico para apoyar a SAMH, una organización escocesa especializada en enfermedades mentales, llegó a su fin, a nueve días de haber comenzado.

 

Su embarcación a la deriva

Según narra Niall, inicialmente iban a enviar un helicóptero para rescatarlo, pero ello no fue posible debido al mal tiempo. Al final, un barco de la Guardia Costera de Estados Unidos lo rescató.

 

Eran las 11 de la noche, y había una intensa niebla. Durante todo el tiempo que esperó a ser rescatado, se mantuvo en la cubierta de su pequeña embarcación, ya que el dolor que sentía le impidió meterse en el camarote.

 

Una vez rescatado, fue llevado a tierra, y sobre las seis de la mañana de este sábado fue ingresado en un hospital donde le sometieron a diversas pruebas, comprobando "gracias a Dios", que su columna no había resultado dañada, si bien había sufrido un espasmo muscular agudo en la parte baja de la espalda. Tampoco era grave la lesión que sufrió en la cabeza. "Sólo un montón de sangre de una herida pequeña", cuenta.

 

Esa misma mañana salió del hospital y se encontró en Nueva York con nada más que la ropa que llevaba puesta. "Desafortunadamente, el servicio de guardacostas fue incapaz de recuperar mi barco y permanece ahí a la deriva en el océano Atlántico", dice Iain Macdonald, quien destaca que todo su dinero lo invirtió en la pequeña embarcación.

 

Si no la recupera, lo habrá perdido todo. Por ello, se contactó con varias empresas para ver qué se puede hacer antes de que la embarcación se aleje demasiado de la costa y sea imposible recuperarla.

 

Pese a los duros momentos vividos, confiesa que pensó "seriamente" en continuar con la travesía si encuentran su barco, pero, agrega, incluso si la embarcación fuera hallada, seguir con el proyecto resulta "inviable" ahora.

 

Y es que aún sufre un considerable dolor en su espalda, por lo que hay muchas posibilidades de que si retoma la travesía a través del Atlántico Norte, tenga nuevos problemas físicos "y no sería justo que los guardacostas tuvieran que venir por mí una segunda vez", dice.

 

Ahora toca recuperarse y hablar con sus patrocinadores y con otras personas que han invertido en el NY2SY, antes de hacer más planes sobre el futuro, señala el aventurero escocés que dice tener "roto el corazón", y confiesa que nunca imaginó que su aventura tuviera este final.

 

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