15 mar 2014 , 12:55

La "hormona del amor" podría ser una terapia para la anorexia

La oxitocina altera las tendencias de los pacientes anoréxicos a fijar la vista en las imágenes.

La oxitocina, también conocida como la "hormona del amor", podría utilizarse como tratamiento para la anorexia nerviosa. Según una investigación que se publica en 'PLoS One', la oxitocina altera las tendencias de los pacientes anoréxicos a fijar la vista en las imágenes de alimentos altos en calorías y formas corporales más gordas. Estos resultados está en consonancia con un trabajo previo, publicado en Psychoneuroendocrinology y realizado por el mismo grupo, que indicaba que la oxitocina cambió las respuestas de las personas con anorexia cuando se les mostraba caras enojadas.

 

La anorexia nerviosa es una de las principales causas de las muertes relacionadas con la salud mental, tanto a través de las complicaciones físicas como por suicidio. Además de los problemas con los alimentos, la dieta y la forma del cuerpo, las personas con anorexia a menudo tienen problemas sociales, incluyendo ansiedad e hipersensibilidad a las emociones negativas. "Las personas con anorexia tienen una serie de dificultades sociales que, a menudo, comienzan en sus primeros años de adolescencia, antes del comienzo de la enfermedad. Estos problemas sociales, que pueden provocar aislamiento, son importantes para entender tanto la aparición como el mantenimiento de la anorexia. Usamos la oxitocina como posible tratamiento para la anorexia, centrándonos en algunos de estos problemas de fondo que vemos en los pacientes", explica Janet Treasure, del Instituto de Psiquiatría del 'King's College London', en Reino Unido.

 

Hormona sexual

La oxitocina es una hormona que se libera de forma natural relacionada con el afecto, incluyendo el sexo, el parto y la lactancia. Como un producto sintetizado se ha probado como tratamiento para muchos trastornos psiquiátricos y se ha demostrado que tiene beneficios en la reducción de la ansiedad social en las personas con autismo.

 

Esta es una investigación temprana en el tiempo con un pequeño número de participantes, pero es muy emocionante para ver el potencial que este tratamiento podría tener. Necesitamos ensayos mucho más grandes, en poblaciones más diversas, antes de que podamos empezar a marcar la diferencia en cómo tratar a los paciente. 

 

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