17 mar 2018 , 10:54

El violador al que capturaron por orinar en un jardín

Eric McKenna tuvo una disputa con su vecino, lo que ayudó a la policía.

Un día de abril de 1983 un hombre se acercó por detrás a una mujer de 21 años que caminaba sola cerca del puente High Level en Gateshead, en el noreste de Reino Unido.

El sujeto acabó violando a la joven después de amenazarla con un cuchillo.

Casi cinco años después, en marzo de 1988, un hombre también amenazó con un cuchillo y violó a una estudiante de 18 años en Manors, un barrio de Newcastle, en el noreste del país.

En ese momento, la policía no vinculó este último asalto con el primero, ni con un mismo autor.

En los 80 no disponían de las técnicas forenses que permitenidentificar a un culpable a través del ADN, según explicó el detective Mick Wilson, de la policía de Northumbria, región a la que pertenece Newcastle.

Pero sí las tenían en 2016, cuando agentes del barrio de Clarewood Court, en Newcastle, fueron a resolver una disputa entre vecinos y arrestaron a Eric McKenna, de 59 años, quien había orinado en una maceta de un vecino.

Los agentes tomaron una muestra de ADN de McKenna, quien fue amonestado por acoso.

Puente High LevelDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption McKenna atacó a su primera víctima en una orilla de un río cerca del puente High Level, en Gateshead, en el noreste de Reino Unido.

Cuando la policía analizó el ADN, descubrieron que este coincidía con el encontrado en los dos casos de violación sin resolver arriba mencionados.

"Caso abrumador"

"McKenna pensó que se había salido con la suya, pero una disputa entre vecinos y un momento de estupidez lo han llevado a prisión", señaló el detective Wilson.

Una corte de Newcastle condenó al hombre a 23 años de cárcel este viernes, 30 años después del segundo crimen.

Wilson describió el caso de McKenna como "muy inusual" y dijo que "no había mostrado un atisbo de arrepentimiento".

"Sus crímenes fueron calculados, planeados y fueron experiencias horribles para las dos víctimas", agregó.

La Policía se disculpó con las dos mujeres después de admitir que no habían recibido el apoyo adecuado cuando denunciaron los ataques.

Jackie Wilkinson, de la Fiscalía de la Corona, dijo que las violaciones habían sido "brutales" y que habían dejado "efectos pronunciados y duraderos en las víctimas".

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