28 jul 2013 , 10:57

Un ecuatoriano muerto en tiroteo de Miami que cobró la vida de 7 personas

El ecuatoriano Carlos Gavilanes de 33 años fue alcanzado por un disparo cuando llegaba a su casa.

El hombre que mató a seis vecinos antes de morir este sábado a manos de la policía tras un tiroteo en un edificio residencial en Miami, era un ciudadano cubano de 42 años que estaba intentando quemar 10.000 dólares en su departamento.

 

El presunto asesino era Pedro Alberto Vargas, de 42 años. Algunos de los testigos presenciales explicaron que "nunca habían visto a ese hombre", que, al parecer, vivía en un apartamento junto a su madre.

 

Otras fuentes de la policía citada por la prensa local, indicaron que "Vargas estaba quemando dinero, no se sabe cuánto exactamente pero era parte de unos 10.000 dólares que había retirado recientemente de una cuenta de ahorros".

 

"Dicen que vivía aquí con su mamá, pero no sé decirte", dijo Batista sobre el sospechoso, que aparentemente también prendió fuego a su propio edificio.

 

"Lo que dicen es que el hombre estaba trastornado porque iba a perder el apartamento porque no podía pagar la renta. No tenía nada y prefirió prenderle fuego", dijo Dayana Galván, mujer de nacionalidad cubana testigo del incidente.

 

"El administrador y su esposa fueron hasta el apartamento. Tocaron a la puerta y cuando el hombre abrió empezaron los primeros disparos", relató Galván.

 

El hombre mató a cinco personas: el matrimonio Italo Pisciotti (79 años), Camira Pisciotti (69), de origen colombiano, Patricio Simono (65), Merly S. Niebles (51) y una joven de 17 años que aún permanece sin identificar.

 

También murió el ecuatoriano Carlos Gavilanes, de 33 años, alcanzado por un disparo de Vargas cuando llegaba a su apartamento en la calle de enfrente, junto a su hijo de 9 años, que resultó ileso.

 

El sospechoso fue abatido por la policía hoy tras atrincherarse en una casa con dos rehenes, que vivían en el mismo edificio y que fueron rescatados con vida.

 

El hombre se atrincheró durante la noche y mantuvo negociaciones con la policía, pero, tras dar por fracasadas las negociaciones, la policía y equipos de las fuerzas especiales de los SWAT entraron en la zona donde se ocultaba el sospechoso, que intercambió disparos con los agentes que intentaban reducirle. 

 

Vargas, que llegó a Estados Unidos en 1997 y obtuvo la ciudadanía en 2004, compró su arma de forma legal y contaba con una licencia en regla para portar armas.

 

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