19 jun 2016 , 08:40

Alemania: manifestantes se unen en cadena humana para apoyar a refugiados

La iniciativa arrancó con unos 4.000 participantes en Bochum (oeste) y se extendió.

Miles de manifestantes secundaron este domingo 19 de junio de 2016 la convocatoria de unirse en una cadena humana en ciudades como Berlín y Leipzig (este), Hamburgo (norte) y Múnich (sur), bajo la consigna de que un país como Alemania debe ser capaz de compartir su riqueza y seguir acogiendo refugiados.

La iniciativa, que arrancó este sábado con unos 4.000 participantes en Bochum (oeste), ciudad de la cuenca del Ruhr, en el antiguo corazón minero alemán, se extendió hoy por varios puntos del país, a modo de llamada unitaria a la solidaridad.

El lema común era "Manos unidas contra el racismo" y secundaron la convocatoria formaciones izquierdistas y ecologistas, colectivos de inmigrantes y asociaciones musulmanas, así como ONGs y organizaciones cívicas.


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En Múnich se juntaron unas 5.000 personas en un trazado de varios kilómetros que recorrió albergues de refugiados, mezquitas, sinagogas y centros culturales interreligiosos de distintos puntos de su centro urbano.

En Berlín se estima que participaron en la iniciativa unas 8.000 personas, que marcharon desde el barrio multiétnico de Kreuzberg en dirección al centro de la ciudad para unirse al final de la concentración hasta formar una cadena.

La canciller alemana, "(Angela) Merkel dio la señal acertada al afirmar que Alemania está en disposición de acoger los refugiados que llegaban. Luego las cosas se torcieron en su contra, pero tenía razón", comentaba Heike Knopf, una de las participantes en la cadena humana berlinesa.

Esta ciudadana aludía a las tensiones sociales desatadas el año pasado, cuando el país recibió 1,1 millones de peticionarios de asilo, lo que generó fuertes presiones sobre la canciller, inclusive procedentes de sus filas gubernamentales.

"Un millón o cinco millones, qué más da. Este país tiene riqueza y bienestar suficiente para acogerlos", insistía Knopf, desde el punto de arranque de la cadena berlinesa, a la que acudió con varios amigos, todos ellos con emblemas, cintas y camisetas solidarios.

Ahí habían confluido berlineses, turistas y otros visitantes, más algunos grupos de refugiados, de toda edad, origen y condición, desde adolescentes a jubilados.

"Estamos aquí en señal de solidaridad contra el racismo", decía una muchacha de 17 años, sentada en la hierba junto a otras chicas de su edad, en una frase casi igual a la que repetía, a escasa distancia, otro participante, sobre los 50 años.

"Hay que alzar la voz contra la xenofobia. O para cuando queramos reaccionar será demasiado tarde", expresaba este, en alusión al surgimiento de formaciones ultraderechistas en toda Europa y al ascenso, en paralelo, de los ataques a centros de refugiados y agresiones xenófobas registrados desde 2015.

Mientras Merkel se ha visto fuertemente cuestionada, inclusive por sus correligionarios, el voto de protesta contra los refugiados ha dado alas a la nueva derecha radical de Alternativa para Alemania (AfD), partido que, según los sondeos, podría convertirse en tercera fuerza a escala nacional en las elecciones generales de 2017.
 

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