29 ene 2015 , 12:39

Autocontrol en los padres es autocontrol en los hijos

Encontrar tiempo para nosotros es la clave para estar con mayor control de nuestras emociones.

¿Sabemos controlarnos para ser padres más eficientes? Esta es una pregunta que deberíamos hacernos si queremos ser asertivos y tomar las decisiones más convenientes cuando educamos a nuestros hijos.

 

Es por esto que es importante considerar aprender habilidades de autocontrol, que no solo benefician nuestro estado físico y mental, sino que beneficia directamente a nuestros hijos.

 

 

Nuestros hijos aprenden lo que observan, si como padres no modelamos estas habilidades de autocontrol, lo más probable es que los niños presenten también dificultades para controlarse a ellos mismos.

 

 

 

 

Lee: ¿Qué hay detrás de la conducta de mis hijos?

 

El cerebro en la palma de la mano

 

Para una mayor comprensión de esa falta de autocontrol, el psiquiatra Daniel Siegel, explica el modelo que él describe como cerebro en la palma de la mano.  Dado que representarlo no será posible, explico de qué se trata.  

 

Resulta que en la parte frontal de nuestro cerebro se encuentra ubicada la corteza pre-frontal. Es en esta parte de nuestro cerebro donde se llevan a cabo procesos mentales más sofisticados como: la toma de decisiones, la planificación, la moralidad, la flexibilidad, el juicio, entre otros. Precisamente cuando nos encontramos muy enojados, nuestra corteza pre-frontal se anula por completo, lo que significa que no somos capaces de ejecutar las funciones antes mencionadas. 

 

 

 

 

En ese momento nuestras emociones nos controlan, como consecuencia, cualquier decisión que tomemos será de forma impulsiva y es probable que no sea la más adecuada.

 

Claro está que si nos encontramos en una situación de amenaza, estas reacciones automáticas serán las ideales. Sin embargo, cuando nos encontramos en situaciones cotidianas, reaccionar sin antes pensar no nos volverá eficientes en nuestra paternidad. 

 

¿Se contagian las emociones?

 

Las personas tenemos neuronas denominadas espejo, las cuales se encargan de duplicar, un ejemplo es el acto de bostezar que contagia a quien lo observa. Debido a la existencia de estas neuronas nuestras emociones son contagiosas. Entonces, ¿Qué creen que ocurre cuando nuestros hijos nos ven muy enojados? Pues, exactamente lo mismo en ellos, también se descontrolarán. Por ello la importancia de calmarnos antes de actuar. 

 

Tiempo fuera positivo

 

Una estrategia recomendable es el uso del tiempo fuera positivo, lo que implica que como adultos debemos darnos un espacio para calmarnos antes de reaccionar.  Ubique cuál es el lugar ideal en casa, al cual usted puede acudir para no reaccionar de manera impulsiva. Incluso le puede informar a su hijo que necesita irse a un período de enfriamiento antes de continuar con la conversación, así le enseñará lo importante que es controlarse antes de resolver un conflicto. 

 

 

 

 

Cuidemos de nosotros mismos

 

Por otro lado, pensemos ¿Cuántas veces nos dejamos de lado, sumergiéndonos en el ajetreo diario, sin darnos un tiempo para nosotros? ¿Cuántas veces todo se convierte en una prioridad y nos dejamos en último lugar?  Entender la importancia de cuidarnos es primordial, ya que solo así podremos estar bien con nosotros mismos, y por ende, con quienes nos rodean.  Cuando nos encontramos en un avión y la tripulación explica cómo utilizar la máscara de oxígeno, pide siempre al adulto que sea quien la utilice primero para luego asistir a los menores de edad, lo que indica que es uno quien tiene que estar bien para brindar ayuda al resto. 

 

Lee: Los padres pueden contribuir al desarrollo del cerebro de sus hijos

 

Cuando las situaciones del día a día se acumulan, nos desbordamos fácilmente con lo que nos ocurra, independientemente  sea algo mínimo o no. Lamentablemente si nos descontrolamos son los niños quienes pagarán las consecuencias de nuestras acciones. Sucede que un día podemos ser  los más pacientes, porque tuvimos un buen día y, otro día, totalmente lo opuesto porque nos encontramos abrumados y estresados, lo que solo causa confusión en los niños. 

 

Tiempo para los padres

 

Encontrar tiempo para nosotros es la clave para estar con mayor control de nuestras emociones. Tener autocuidado es ser respetuosos con nosotros mismos y, sin duda, queremos que nuestros hijos también aprendan de ello. Recuerden que debemos vaciar el vaso antes que la última gota lo rebose. Para vaciar su vaso busque una actividad que disfrute y lo relaje, así sea una vez a la semana.  Cada persona deberá encontrar qué actividad es la que más disfruta y con la frecuencia que debería hacerla. Que cuidarnos a nosotros mismos no sea un deber, sino convirtámoslo en una obligación. ¿Y si empezamos hoy?

 

 

Karina Bustamante de Huerta

Psicóloga Clínica

Psicoterapeuta TREC y TCC

Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores

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