27 dic 2014 , 10:00

Los padres pueden contribuir al desarrollo del cerebro de sus hijos

Debemos ser capaces de construir las bases para el buen desarrollo del cerebro de los niños.

El campo de las neurociencias ha avanzado tanto en los últimos años que han llevado a muchos a comprender como funciona nuestro cerebro de maneras más precisas. Todos sabemos que el cerebro determina la forma como actuamos y quiénes somos, pero pocos sabemos la influencia que tenemos los padres en el desarrollo del cerebro de sus hijos. Adquirir conocimientos sobre cómo funcionan sus cerebros, ayudará a que seamos padres capaces de construir las bases para su buen desarrollo. 

 

 

 

 

Nuestros cerebros, poseen la propiedad de plasticidad, lo que significa que son moldeables. Las neuronas, que son las células de nuestro cerebro, se conectan y reconectan continuamente, esto ocurre a lo largo de nuestra vida, aunque en los tres primeros años de edad es cuando más reconexiones se dan. Estas conexiones están determinadas por las experiencias de vida de cada persona, lo que significa que los padres tenemos una gran influencia en el desarrollo del cerebro de los hijos, según las experiencias que les brinden. Por ejemplo, las conexiones neuronales se darán de una manera muy diferente en un niño que pasa mucho tiempo viendo televisión y jugando video juegos, que en un niño que pasa más tiempo realizando actividades al aire libre. 

 

 

 

 

Según las últimas investigaciones en neurociencias, las distintas partes de nuestros cerebros se deben integrar de manera que funcionen como un todo. El neuropsiquiatra Dan Siegel, en su libro "El Cerebro del Niño", explica en detalle cómo podemos ayudar a nuestros hijos para que sus cerebros funcionen de una manera integrada, a favor de su bienestar. 

 

Sabemos que el cerebro está dividido en dos hemisferios. El hemisferio derecho es el no verbal. Es el lado de las emociones y de los recuerdos, es el lado emocional. Mientras que el hemisferio izquierdo es el lado lógico, literal y lingüístico. Cuando nuestras emociones se desbordan es el hemisferio derecho quien actúa y predomina en ese momento. Es importante saber que en los niños pequeños, especialmente entre los tres primeros años de edad, es el hemisferio izquierdo el que predomina, dado que aún no poseen las habilidades lingüísticas que se requieren para verbalizar sus emociones. Es por ello, que se hace mucho énfasis en la importancia de poner en palabras lo que uno siente, ya que el solo nombrar la emoción hace que ambos hemisferios se integren. 

 

 

 

 

Como padres podemos ayudar a nuestros pequeños a que tanto su hemisferio derecho, como el izquierdo trabajen a la par y que uno no domine al otro. No es beneficioso dejarse llevar por las emociones, así como tampoco lo es reprimirlas. A continuación describo dos estrategias recomendadas por el neuropsiquiatra Dan Siegel, que ayudará a sus hijos a que integren sus dos hemisferios. 

 

1. Conectar y redirigir: imaginemos un niño que rompe en llanto de manera inesperada porque su mamá no desea comprarle lo que desea. Claramente vemos que su hemisferio derecho está en acción. En una situación similar, muchos padres, reaccionarían con enojo dando discursos como "No entiendo porque me tienes que hacer este espectáculo en el centro comercial. Recuerda que te expliqué que he salido con el dinero justo, además la semana pasada gaste en ese juguete que querías, ya te di gusto. Ya basta".  Detengámonos un momento y visualicemos esta escena. Si tenemos un niño con su hemisferio derecho en acción, y un padre evidentemente igual, que es lo que sucederá. Sin lugar a duda, el niño no responderá favorablemente y no entenderá la lógica detrás de los argumentos que le den. 

 

 

 

 

Para ayudar a nuestros hijos cuando ellos se encuentran desbordados debemos conectar con sus emociones, solo así estamos apelando a su hemisferio izquierdo. Con mucha calma ayúdelo a poner en palabras sus emociones o usted póngalas en palabras por él.  Dígale que entiende que está enojado y que usted también fue niño por lo que sabe cómo se está sintiendo. Lo que muchas veces puede parecernos absurdo, para un niño no lo es. 

 

Abrácelo, el contacto físico es importante, y a su vez, module su tono de voz, así será más fácil sintonizar con él. Luego, redirija, lo que significa busque una solución respetuosa para ambos, este último paso no tiene que darse en ese preciso momento. 

 

2. Relatar historias para calmar emociones: usualmente cuando nuestros hijos viven una experiencia dolorosa, se tiende a no hablar más de lo ocurrido  o a distraer a los niños para que no piensen más en lo que pasó. Para ayudarlos a superar esas experiencias  negativas se les debe pedir que relaten la experiencia que hayan experimentado, dependiendo la edad del niño la ayuda que  usted le brindará. Recordemos que el lado derecho de nuestro cerebro procesa las emociones y recuerdos, y el lado izquierdo le da sentido a esas emociones y recuerdos. 

 

 

 

 

Por ejemplo, imaginemos que se encontraba en el carro con su hijo y un ladrón toca su vidrio apuntándolo con un arma para que le dé su celular. Usted baja su ventana y entrega su teléfono. Seguramente esta es una experiencia que impactará a su niño, en ese caso, usted puede decirle  "Acaba de acercarse un ladrón apuntándome con un arma para robarme el celular, me sentí muy asustado ¿y tú? Incluso dependiendo de la edad del niño le puede preguntar ¿Qué viste tú? Así lo alienta a que el relate su historia. Finalmente le puede decir "Qué bueno que nada nos pasó y estamos bien". Es importante retomar la conversación cuantas veces sea necesaria. 

 

Dan Siegel, explica que mientras los padres conversen con sus hijos sobre sus experiencias tendrán acceso a estos recuerdos, y que en la medida que conversan sobre sus emociones los ayudarán a entender lo que sienten, así como lo que los demás pudieran sentir, lo que es la base de la inteligencia emocional. 

 

El control emocional, la asertividad, el auto-conocimiento, el éxito en las relaciones sociales, y en otros ámbitos estará determinado por una buena integración cerebral, lo que dependerá de las experiencias que les bridemos a nuestros hijos. De ahora en adelante, cuando su hijo se encuentre con una ola emocional muy grande, recuerde que lado de su cerebro está predominando en ese momento, para que con las sugerencias ofrecidas pueda ayudarlo a lidiar con esas emociones y experiencias. 

 

 

Por: Karina Bustamante de Huerta

Psicóloga Clínica

Psicoterapeuta TREC y TCC

Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores

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