26 ago 2013 , 04:29

Se intensifican protestas agrarias en Colombia

El Gobierno y los manifestantes no llegan a consensos; la escasez de productos comienza a sentirse.

El municipio de Tunja, capital del Departamento de Boyacá fue escenario de un cacerolazo contra el Gobierno al que piden apoyo para los campesinos que protagonizan una huelga indenfinida, desde hace una semana. Estuvieron tres horas en las calles y reconocieron que la situacion está provocando desabastecimiento de productos básicos.

 

La huelga, que hoy entró en su segunda semana sin que el Gobierno encuentre una solución para frenar los bloqueos de carreteras y desórdenes en varias partes del país, ha dejado cuatro muertos, decenas de heridos y 220 detenidos.

 

Los cortes en las vías mantienen aisladas a numerosas poblaciones de siete departamentos y en algunas de ellas, principalmente de Boyacá. Según el Instituto Nacional de Vías (Invías) y la Policía de Carreteras, estos cortes provocaron el "cierre total" de 28 carreteras de los departamentos de Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Huila, Nariño y Putumayo, mientras que en Caldas hay una vía con "cierre intermitente".

 

Debido a la inestabilidad social, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con sede en Tunja, suspendió "indefinidamente las actividades académicas y administrativas", así como el acceso al campus "por razones de seguridad".

 

Las manifestaciones se repitieron hoy en el extrarradio de Bogotá, esta vez en la localidad de Soacha, donde los transportistas de la zona no sacaron sus vehículos en protesta por el alto costo de los combustibles, factor que, según dijeron, hace que el servicio deje de ser rentable.

 

Desde el comienzo de la huelga, el Gobierno sostiene su disposición a dialogar con los diferentes sectores, siempre y cuando abandonen las manifestaciones violentas y el corte de carreteras, pero hasta ahora todos los intentos de conciliación han fracasado.

 

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aseguró, en una rueda de prensa, que los campesinos han sido una de las prioridades de su Gobierno, iniciado hace tres años, y que en ese período han recibido subsidios por más de 1,5 billones de pesos (unos 780 millones de dólares). Previamente, Santos se pronunció sobre el paro como una medida sectorizada, y no de carácter nacional, declaraciones que alteraron los ánimos de los manifestantes, y que ahora protagonizan los denominados “cacerolazos”.

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