20 may 2017 , 03:50

Presidente Correa asegura que entregará banda a Moreno y su informe será por escrito

Un grupo nutrido de simpatizantes del Gobierno asistió al último enlace presidencial.

Último enlace del próximo exmandatario se realizó en medio de decenas simpatizantes y vendedores informales 

 

Hasta el parque Samanes, norte de Guayaquil, llegó Luis Ángel Cabrera, vestido con su boina roja de “boy scout” y su camiseta verde flex. Llevaba en sus manos un cartel del gremio de vendedores autonómonos, que en el centro tenía la imagen de Lenín Moreno. Él es un comerciante más, indica. Nació en Cuenca, pero se crió en Guayaquil y acordó con sus amigos asistir al último enlace sabatino del presidente Rafael Correa.

 

Correa, quien dejará el poder este próximo 24 de mayo, realizó en total 523 informes de labores durante 10 años. Fueron más de 1.500 horas de anuncios, llamados de atención a Ministros, envíos de decretos por TV e insultos a la oposición. 

 

Eran las 09h30 y Luis Ángel, de 53 años, esperaba en una banca a sus compañeros. Para él, Ecuador ha dado un giro “de 180 grados”. Asegura que no es afiliado a Alianza PAIS y que su presencia en Samanes es voluntaria. 

 

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Escucharlo es oir a Correa, son las mismas expresiones y alusiones del futuro exmandatario, incluso cuando le preguntamos sobre las denuncias de corrupción o de la lista de Odebrecht. “Es como en los tiempos de Cristo, uno de los apóstoles lo vendió. Porque el Presidente puede poner a un colaborador en su gabinete, pero no se puede saber que tiene esa persona dentro de su mente o corazón”. 

 

Muy cerca de este simpatizante se aglutinan puestos de venta. Gorras de la Revolución Ciudadana de $ 1 y sombreros con un lazo verde se venden en $ 6. El sol y la espera son perfectas para el comercio de agua, helado, refrescos, naranjas peladas y alimentos. Hornado, mote, yapingacho, guatita, bandera, coco helado, churros… en fin todo servía para alivianar la espera. 

 

Casi a las 10 AM en punto apareció Correa en un vehículo 4x4 gris con placas del gobierno. La llegada del líder del correísmo alborotó las masas, muchos tumbaron el cerco policial y pugnaban por un aprentón de mano, una foto. 

 

En medio de decenas de banderas verdes, de Ecuador y del partido Socialista, Correa caminó hasta el centro del escenario, previamente instalado con miles de parlantes y luces. Era una estructura metálica similar a los mejores espectáculos de un artista internacional. 

 

¿Anuncios? Hubo pocos. Correa dedicó sus casi 3 horas del último enlace a repasar su agenda de la semana y a recordar el pasado. Eso sí adelantó que su informe a la Nación será entregado por escrito al presidente de la Asamblea, José Serrano.

 

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A diferencia de los 9 años anteriores, esta vez Correa no hablará ante el pleno. “Estaré ahí, entregaré la banda presidencial, y luego me retiraré con mi familia. Luego todo el auditorio y la Asamblea será del nuevo presidente Lenín Moreno y de Jorge Glas”.

 

Según Correa esa fecha es especial, no para él sino para su sucesor, Moreno, quien no estuvo en la Concha Acústica de Samanes. Quienes sí estuvieron fueron simpatizantes de otras provincias del país: buses de Ambato, Riobamba o Portoviejo, placas de Pichincha y Los Ríos. 

 

Fue el caso de Fabiola Villavicencio, cuencana, 35 años. Trabaja en el IESS y viajó desde Cuenca a Guayaquil en un bus con sus colegas de trabajo. Al igual que Luis Ángel dice que el país se ha transformado. “La atención en el Seguro no era la misma, se han dejado más cosas”. 

 

Ella no alcanzó un espacio en las gradas de la Concha Acústica. Vio el enlace de pie detrás del cerco metálico. 

 

Eso sí antes se tomó una fotografía del recuerdo. Justo afuera del gran escenario había una carpa blanca con una imagen de Correa.  Era una figura de cartón del Presidente sentado ante su público de la sabatina, con una mano al aire y la otra en el micrófono.  Decenas de partidarios se acercaban, se paraban junto a él y sonreían para la cámara. Era lo más cerca que estarían de Correa esa mañana del sábado 20 de mayo. 

 

 

 

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