08 jul 2018 , 09:23

Rusia, el cuento de hadas mundialista llegó a su fin

Luego de tres semanas de ensueño y contra todo pronóstico, los rusos fueron eliminados.

Los rusos bailaron y bebieron para celebrar a su selección nacional durante tres semanas delirantes, de ensueño. Ha llegado el momento de volver a la realidad.

Rusia no había ganado un solo partido mundialista desde 2002. Comenzó el certamen del que es anfitriona ubicada en el puesto más bajo del ranking de la FIFA entre los 32 países participantes.


Y de pronto, parecía que no había modo de que perdiera.


Arabia Saudí y Egipto sucumbieron en el grupo de Rusia, que cayó con Uruguay para clasificarse junto con la Celeste. España, monarca de 2010, fue frenada en octavos de final por los rusos, que se impusieron en penales.

 

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Sólo Croacia, en otra tanda desde los 12 pasos, pudo liquidar este sábado 7 de julio del 2018 a la selección local.


Desde hace casi un mes, cuando se inauguró el Mundial, Rusia cautivó a su público en Moscú, una ciudad que dejó de dormir. Numerosos fanáticos bailaban durante toda la noche en las calles aledañas al Kremlin, sitios donde la policía habría intervenido normalmente por la fuerza para dispersar cualquier concentración no autorizada de personas. Los hinchas bebían, cantaban y se tomaban fotos con personas de otras naciones.


Tras su eliminación, el técnico ruso Stanislav Cherchesov recurrió a metáforas militares para evaluar el desempeño de su equipo.


Nos sentimos como soldados reclutados para el ejército”, afirmó. “Hoy nos desmovilizaron, pero he querido seguir sirviendo y peleando. Éste es un caso en que la desmovilización lo deja a uno decepcionado. Nos habría gustado haber servido a nuestra patria el 15 de julio (en la final), pero no lo conseguimos”.


El delantero Artyom Dzyuba hizo en cambio referencias frecuentes a un “cuento de hadas”, y los fanáticos respondieron desplegando una manta gigantesca durante el partido frente a España. El mensaje instaba al equipo: “Hagan que el cuento de hadas se vuelva realidad”.


En vez de final feliz hubo una amarga serie de penales en la que Croacia se impuso el sábado por 4-3.

SOCHI, Rusia.- La selección anfitriona lamentó su eliminación de la Copa Mundial. Foto: AFP

Muchos en la selección lucieron sin embargo impresionantes durante el torneo. Algunos devengarán salarios mucho más altos, incluido Dzyuba, el volante creativo Alexander Golovin y el zaguero Mario Fernandes, de origen brasileño.


Rusia es un país con un vasto potencial en el fútbol. Cuenta con una red nacional de academias y con clubes apoyados para sus generosos desembolsos por dinero del gobierno. Pero ello rara vez se ha traducido en éxito sobre la cancha, donde la selección ha dilapidado oportunidades.


La última vez que una selección rusa tuvo una actuación tan destacada fue en la Eurocopa de 2008, cuando alcanzó las semifinales. Durante toda la década posterior, no había sobrevivido a la fase de grupos de ningún certamen.


Jugadores como Andrei Arshavin y Roman Pavlyuchenko tuvieron dificultades para desplegar su evidente talento en las mejores ligas europeas.


Denis Cheryshev fue la estrella más deslumbrante de Rusia en su Mundial, con cuatro goles en cinco partidos. No obstante, el extremo del Villarreal advirtió sobre los riesgos de la autocomplacencia.


“Con lo que hemos conseguido ahora, no podemos dar un paso atrás”, consideró. “Necesitamos movernos hacia delante, y pienso que hemos creído en nuestra fortaleza y en nosotros mismos. El país creyó también en nosotros, y unidos podemos conseguir buenos resultados. Pero no podemos parar aquí. Necesitamos luchar por más”.


Rusia venció a España con una estrategia ultradefensiva, propia de un país más pequeño de Europa, como Islandia. Ante Croacia, una nación de 144 millones de personas no era favorita pese a encarar a otra poblada por sólo cuatro millones.


Para que ello ocurra, el fútbol ruso necesitará reformas. Quizás más jugadores deberían llegar a clubes extranjeros, como lo ha hecho Cheryshev. Así, podrían compartir los conocimientos y experiencias que adquieran fuera.

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