02 jul 2014 , 05:14

Brasileños en busca de la canción perfecta para alentar a la "canarinha"

Brasil parece despertar y necesitó de su rival, Argentina, para sacar su creatividad en las gradas.

La afición de Brasil parece haber despertado y necesitó de su clásico rival, Argentina, para crear algo de mística creativa en sus gradas.

 

Luego de cuatro partidos en los cuales los hinchas brasileños fueron mayoría en los estadios pero minoría en cuanto a grito, apareció con fuerza el canto popular nada menos que entre las tribunas de Argentina-Suiza.

 

Los argentinos todavía empuñan como bandera principal la gloria que les dio Diego Armando Maradona, que conquistó el Mundial 1986, a quien comparan, claro que superlativamente, con el astro brasileño, Pelé.

 

"Maradona es más grande que Pelé" termina el nuevo himno de la hinchada argentina en Brasil 2014, que hace referencia a la última victoria albiceleste ante los verdeamarillos, un 1-0 en los octavos de final de Italia 1990.

 

"Es impresionante la hinchada argentina. Se convivió bien en el estadio y la rivalidad hizo que muchos brasileños le respondieran en un clima de clásico", dijo a EFE Milton, consultor financiero fanático de Santos, quien fue a ver a Lionel Messi ante Suiza.

 

Milton es hincha de Santos, el club donde brilló Pelé. La hinchada de Brasil desempolvó un clásico de los años ochenta en el Arena Corinthians: "Mil gols, mil gols, só Pele, só Pele, Maradona cheirador".

 

La canción habla de los mil goles de Edson Arantes do Nascimento, tricampeón mundial, y de la adicción a la cocaína que marcó gran parte de la carrera del "Pelusa".

 

La hinchada brasileña, criticada por la prensa y por parte de sus propios integrantes, no presentó, al contrario de los argentinos, chilenos, colombianos, uruguayos, mexicanos, costarricenses y ecuatorianos, un gran aliento colectivo para empujar a su equipo.

 

Una explicación es que los hinchas de la selección que consiguieron comprar boletos para los partidos no forman parte del habitual público del fútbol que los domingos participa del campeonato brasileño.

 

Así como que, decenas de miles de brasileños presentes en el estadio eran hinchas habituales de sus equipos paulistas, como Corinthians, Santos, Sao Paulo y Palmeiras.

 

A tal punto que hubo algunos duelos de cánticos entre ellos, pero además de alentar a Suiza, la gran masa de brasileños que no acudió apenas a ver a Lionel Messi, también se enfrentó a los argentinos con el grito "pentacampeón" y un "ole" ante el toque del los suizos.

 

Si Brasil necesitó del refuerzo de una psicóloga para evitar colapsos de sus jugadores, que en caso de perder podrían ser comparados a los que perdieron la final de 1950, la hinchada deberá hacer sus propios deberes.

 

"Yo creo que debería haber más entradas para las hinchadas de los equipos de fútbol, con más tradición sobre los partidos y en cantar todo el partido", contó Rubens, presente en Argentina-Suiza, aficionado del Corinthians.

 

Pero desde que el primer día del Mundial, en el Brasil-Croacia en Sao Paulo, prevaleciese un insulto a la presidenta Dilma Rousseff sobre el aliento coordinado en la selección, gira la polémica en torno al mundo del fútbol.

 

Un banco patrocinador de la selección inventó una canción dedicada a la "torcida" cinco veces campeona, pero no logró levantar adeptos en las tribunas, que se dedican a repetir, aunque cada vez con menos intensidad la tradicional "Soy brasileño, con mucho orgullo, con mucho amor".

 

Con ayuda del capitán Thiago Silva y del entrenador Luiz Felipe Scolari, el himno nacional, jugando de local, se transformó en el gran inyector anímico proveniente de las gradas amarillas.

 

"Había personas que querían sacarse fotos durante el partido que esperaban ser filmados en medio de la batalla (contra Chile en los octavos de final)", escribió el columnista José Antonio Lima, de la revista Carta Capital, con el título "La hinchada es ridícula. La selección necesita acostumbrarse".

 

Según esta opinión, "para estas personas, lo importante no es apoyar a la selección, sino registrar el evento y poder decir que yo estuve ahí. Es como si cada partido fuera un espectáculo del Circo del Sol".

 

La encuestadora Datafolha indicó que en el estadio Mineirao de Belo Horizonte la semana pasada ante Chile un sondeo indicó que el 67% de los que accedieron al partido eran 67% blancos y 90% pertenecen a las clases sociales A y B, las más altas.

 

Según datos oficiales, poco más del 51% de la población brasileña en general es afrodescendiente, que en términos económicos son los que menos ingresos reciben en la pirámide salarial.

 

En el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, los hinchas de los clubes fueron los más hostiles en términos de disputar el dominio del grito de los argentinos.

 

La guerra de cánticos, con Pelé y Maradona como principales protagonistas de la rivalidad sudamericana, se trasladó al metro, al tren y a las calles de la ciudad.

 

"Esperemos -dijo Vitor, otro hincha de Santos- que la selección brasileña tenga un apoyo más organizado contra Colombia, pero es difícil tener cánticos como los países sudamericanos porque nuestras hinchadas apenas se concentran en sus equipos".

 

Los cafeteros que se enfrentarán en cuartos de final ante Brasil, esperarán a los pentacampeones del mundo con dos marcas registradas en este 2014 con puntaje ideal: "Sí Sí, Colombia, Sí Sí Caribe", en referencia a Barranquilla, la "casa" de la selección, y el "Sí, se puede".

 

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