25 feb 2019 , 03:09

Alcohol, mujeres, goles y Dios: La historia de Fábio Renato

Fábio Renato habló con ESTADIO sobre su vida y su carrera.

Dios lo mantuvo en el fútbol, ese es el resumen de casi media hora de entrevista con el experimentado delantero brasileño-ecuatoriano, Fábio Renato quien charló con ESTADIO, un día previo a un partido complicado para él y Mushuc Runa, ya que visitaban al Barcelona SC en el Monumental de Guayaquil.

 

A sus 38 años, mantiene un acento marcado del portugués a la hora de hablar, pero entiende y expresa casi a la perfección sus oraciones en español. Viene de merendar mientras veía el clásico ambateño entre Macará y Técnico Universitario en uno de los televisores modernos que cuelgan en las paredes del céntrico hotel en el que se hospeda todo el plantel del 'Ponchito Rojo'. 

 

Nació en una pequeña ciudad en su gigante Brasil, pero como dice la frase: "Nadie es profeta en su tierra", y por ello Fábio lleva 12 años jugando para los equipos de Ecuador, destacando por su buen toque y gritos de gol.

 

Militó al norte en Esmeraldas, pero brilló en el sur del país con la 'Garra del Oso'. Hizo goles en Segunda Categoría, en la Serie B y ahora vuelve con un par de arrugas en su morena cara a la Serie A, donde llegó a convertir 16 y hasta 20 goles entre el 2012 y 2013 con LDUL.

 

Calmado, y muy maduro, Fábio atiende a ESTADIO para responder sobre su carrera y su vida. No es cualquier jugador, ya que además de los goles, no tuvo problemas para hablar sobre el vicio de muchos futbolistas: Mujeres y alcohol.

 

Fue el máximo goleador de la Copa Sudamericana allá por la campaña 2013, cuando el 'Centinela del Sur' tenía promesas como Robert Arboleda, Jonny Uchuari, Carlos Feraud, Dixon Arroyo, además de figuras establecidas como Franklin Salas, Armando Wila y hasta Pedro Larrea, que llegaron a jugar ante poderosos equipos como Sao Paulo y River Plate.

 

¿Cómo llega el fútbol a tu vida?

 

Cuando tenía 7 años, tuve la aspiración de ser futbolista, viajé desde Ibiraçu a Río de Janeiro ya que en esa ciudad se forman varios jugadores y pude jugar en las inferiores del Fluminense, después de dos años en formaciones, cambié de club y fui campeón en Brasil. Tuve un inicio muy bueno en mi carrera, siempre me gustó el balón en mis pies.

 

 

Lleva 12 años jugando en Ecuador, ¿esperaba quedarse tanto tiempo en el país?

 

Es impresionante la vida, uno no sabe qué te depara en este camino que llamamos vida, llegué a Quinindé en el 2007 para jugar en Brasilia, fue complicado al principio ya que no jugué los primeros 3 meses, quería regresarme a mi país, pero al final pude jugar. La verdad nunca pensé que me iba a quedar 12 años aquí, creí que solo iba a estar una o dos temporadas, pero aquí estoy, con 38 años y varios goles en Ecuador (sonríe).

 

No siempre jugó de '9' ¿cómo llegó a ser goleador?

 

A mitad del año, arreglé mi situación con la directiva del Brasilia, y ya pude jugar y en ese momento yo jugaba de enganche, siempre me gustó habilitar al delantero, pero a la vez tenía buen remate, en aquel instante el '9' dejó el club por problemas con el equipo y así me dieron el puesto y gracias a Dios, empecé a hacer varios goles. Fue ahí cuando di el salto a Espoli, LDUL, entre otros equipos.

 

 

En Liga de Loja hizo varios goles, siendo goleador de la Copa Sudamericana con cinco tantos, y estuvo entre los mejores del fútbol ecuatoriano, pero tuvo problemas con la directiva de aquel entonces llegando a ser separado por indisciplina, ¿por qué se dio esto?

 

La directiva lojana habló mal de mí, ellos inventaron cosas o exageraron situaciones en torno a mí, fuera de las canchas. Crearon una mala reputación de mí para que ningún equipo se fije en mi trabajo, ellos no me podían pagar una deuda por lo que la relación se agravó y ante eso, decidieron crear rumores de mi comportamiento. Pero Dios pone las cosas en su lugar, y pueden ver dónde está Liga de Loja y dónde estoy yo ahora, jugando en la Serie A a los 38 años.

 

 

Fabio Renato

 

Sobre lo futbolístico, fuiste parte de un gran equipo, resaltando nombres como Uchuari, Feraud, Salas, Larrea, Arroyo Arboleda entre otros, ¿Cómo recuerda a LDUL?

 

Fue una época fantástica, mantengo una grande amistad con Feraud y Uchuari, teníamos un equipazo, juventud, fuerza y muchos goles. Teníamos hambre de gloria, eso fue clave para llegar lejos en la Copa Sudamericana.

 

 

En 12 años jugando en tierra ecuatoriana, ¿cómo se siente aquí?

 

Me gusta mucho Ecuador, soy un ecuatoriano más desde el 2013, tengo trabajo gracias a este país, y aquí conocí a mi esposa.

 

 

A sus 38 años ¿se siente viejo?

 

Me siento muy bien, hay Fábio para rato, mientras tenga ganas de conquistar algún objetivo en la cancha, mientras tenga ganas de patear un balón, seguiré jugando, así que tengo para rato.

 

Tras una larga carrera, ¿qué le puede aconsejar a las nuevas generaciones de futbolistas?

 

Dentro de la cancha, tienen que tener pasión, coraje, muchas ganas de conquistar trofeos, no tenerle miedo a nadie en el campo de juego, solo a Dios.

 

Fuera de la cancha, deben de tener a Dios en su corazón y en su vida a la hora de tomar decisiones, eso pasó conmigo, por experiencia propia, pasé ratos malos, en la calle hay momentos de ilusión, algo temporal, te pasan para detener tus sueños, uno tiene que ser sabio, saber hasta qué punto mantener tu carrera fuera de los vicios y de las cosas que te puedan hacer daño.

 

 

¿Cómo llega Dios a su vida?

 

Tuve un problema grande, me separé de mi anterior mujer, caí en depresión, quedé trastornado, mi mamá me llamaba desde Brasil, para aconsejarme de dejar la mala vida de andar de mujer en mujer, y que siga el camino de Dios.

 

Un amigo me llevó a la iglesia, estuve ahí, el pastor conocía mi situación, y me aseguró que Dios me iba a levantar, en ese año pasé de equipo en equipo sin hacer goles, además tuve algunas lesiones, por lo que fue muy duro salir de ahí. Volví a Segunda Categoría, y pude concentrarme en mi trabajo, hice goles y regresé a mi nivel, además de tener a Dios en mí. 

 

 

¿Pensó en que se le terminaba la carrera?

 

Cuando me lesioné y pasó lo que pasó en mi vida personal, pensé en irme a Brasil. Pero ahora tengo una familia, soy padre, tengo a Dios y soy feliz. 

 

 

¿De qué se arrepiente?

 

De haber encontrado a Dios muy tarde en mi carrera, ya que creo que podía haber terminado jugando en equipos de mayor nivel, no hubiese cometido tantos errores y hasta podría estar ahora en Europa. Aquí siempre tuve la ilusión de jugar en Liga de Quito. 

 

 

¿Alguna ocasión consumió alcohol, o alguna droga durante su carrera?

 

Droga nunca, gracias a Dios nunca pasé por esos pasillos. Pero alcohol y mujeres sí. Los jóvenes deben entender que es una fase por la que pasarán, no les puedo negar que no lo hagan, porque son jóvenes y tendrán que experimentar, pero tienen que ser inteligentes, deben salir con moderación y no excederse ya que puede afectar para siempre su carrera. 

 

Yo entrené con resaca, pero luego entendí que eso me afectaba en la cancha y lo dejé. Hay tiempo para todo en la vida, pero hay que saber en qué momento salir a celebrar con tus amigos o chicas, pero también de quedarse en casa, pensando en el partido de mañana, no es un juego es tu trabajo.

 

Finalmente ¿cómo se ve en cinco años?

 

La vida te trae sorpresas, espero seguir jugando, aunque estoy haciendo un curso de entrenador, por lo que me estoy preparando para mi futuro, no me quiero alejar de la cancha que tanto me apasiona, pero si todo sigue firme espero seguir jugando.

 

 

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