22 oct 2019 , 11:15

River, sin brillar, finalista de Copa Libertadores

El cuadro Millonario perdió 1-0 pero pasó por el gol del duelo de ida.

El campeón defensor River Plate disputará la final de la Copa Libertadores 2019 pese a perder 1-0 con Boca Juniors este martes en el estadio La Bombonera de Buenos Aires, pero haciendo valer la victoria 2-0 en el partido de ida de las semifinales.

 

El gol lo marcó el venezolano Jan Hurtado al empujar la pelota sobre la línea del arco, en una arremetida tras un centro que había bajado de cabeza el central Lisandro López, a los 80 minutos.

 

River no pudo lucirse con su habitual juego dominante y tampoco evitar la vorágine de un superclásico dramático.

 

Los 'millonarios' jugarán el 23 de noviembre en Santiago de Chile un único partido contra el vencedor de la llave brasileña Flamengo-Gremio, que empataron 1-1 el primer choque en Porto Alegre y disputarán la revancha el miércoles en el Maracaná.

 

"Fue más duro de lo que pensamos. Aspirábamos a hacer nuestro juego. A veces, si no podés jugar, tenés que luchar", declaró el central de River Javier Pinola, un feroz defensor que admitió la falta de brillo del equipo.

 

El DT de los riverplatenses, Marcelo 'Muñeco' Gallardo, ganó siete títulos internacionales desde que asumió en 2014, incluidas dos Libertadores. River ganó cuatro veces la Copa, incluida la última en el superclásico trasladado a Madrid en 2018 (3-1). Boca la conquistó seis veces.

 

"Hubo mucho corte de juego. Eran condiciones adversas. Sabemos sufrir y hoy sufrimos. Tuvimos que luchar. En la ida hicimos la diferencia", dijo Gallardo en rueda de prensa.

 

En el primer partido, los goles los habían marcado el colombiano Rafael Santos Borré, de penal, e Ignacio 'Nacho' Fernández.

 

- Aluvión 'xeneize' -

El presidente argentino Mauricio Macri, expresidente e hincha de Boca, intentó sugerir en su momento que el encuentro se aplazara debido a que se celebran el domingo elecciones generales, pero la Conmebol no lo aceptó.

 

Boca fue una tromba casi todo el encuentro. Mandó a Ramón 'Wanchope' Ábila como único punto de lanza. Carlos Tevez y Eduardo 'Toto' Salvio se lanzaban como morteros contra el área adversaria. Les faltaba encontrar de socio a Alexis Mac Allister. Por las bandas escalaban Julio Buffarini y Emannuel Mas.

 

"Dejamos todo en la cancha. No hay nada que reprocharse", declaró Tevez en conferencia de prensa.

 

Los 'xeneizes' eran un aluvión. Atacaban sin dar cuartel. Nunca lo hacen. No es el estilo del entrenador Gustavo Alfaro. Pero tenían que quemar las naves.

 

Su problema era que rebotaban una y otra vez contra una retaguardia liderada por Lucas Martínez Quarta y Pinola. Enzo Pérez rompía todo juego que se acercara al guardavalla Franco Armani.

 

River halló huecos de contragolpe, aunque sin proyectar a los laterales Milton Casco y Gonzalo Montiel. Exequiel Palacios e Ignacio 'Nacho' Fernández carecieron de su fútbol de toque. Había demasiado vértigo, demasiado nervio.

 

En ese torbellino funcionaba mejor la velocidad de Nicolás de la Cruz. El uruguayo quebraba la línea defensiva boquenses a espaldas de Buffarini.

 

El talón de Aquiles de Boca fueron sus flancos defensivos. El de River eran los tiros libres que le caían por elevación.

 

A los azul y oro les anuló correctamente un gol a Salvio el árbitro brasileño Wilton Sampaio por mano dentro del área. No necesitó el VAR (videoarbitraje).

 

"Tengo bronca porque nos faltó poco para llegar a la final. Tengo sensación de injusticia", dijo Alfaro.

 

- Millonario conservador -

Un griterío de aliento ensordecedor bajaba desde las tribunas colmadas para mantener el espíritu de los boquenses. Temblaba el piso de la vieja Bombonera. Empujaban los hinchas sin cesar a un equipo más luchador y aguerrido que iluminado.

 

Cuando River armaba un contragolpe que podía ser letal, aparecía Iván Marcone para voltear rivales. Siempre al filo del reglamento.

 

Y si la jugada seguía. Carlos Izquierdoz era un salvador de emergencia, un bombero. Junto con Lisandro López, ponían el alma en cada bloqueo.

 

Las últimas cartas que le quedaban a Alfaro las jugó al ordenar las salidas de Ábila y el volante Agustín Almendra. Mandó a la cancha a Mauro Zárate y a Hurtado. Luego al colombiano Sebastián Villa. Zárate lo justificó enseguida con buen dominio de la pelota y remates al arco que exigían a Franco Armani. Hurtado, con su gol.

 

Gallardo, conservador como nunca, miró las barajas también y respondió con la entrada de los goleadores Lucas Pratto e Ignacio Scocco. Pratto no le dio la razón pues en una carrera limpia hacia el arco, sin marca, tiró un insólito pase fallido.

 

El tiempo se consumió y River celebró en la casa de su archirrival histórico. Para Boca la eliminación es otro episodio que mancha su rica historia menos de un año después de la final de Madrid.

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