03 oct 2019 , 11:04

Diaby-Fadiga pide perdón por robar: "Quizás lo hice por celos"

Por celos. Esa es la razón que tuvo Lamine Diaby-Fadiga para robar.

Por celos. Esa es la razón que tuvo Lamine Diaby-Fadiga para robar el reloj de su compañero Dolberg en el vestuario del Niza, valorado en $76 mil dólares, según el comunicado que ha publicado el prometedor jugador en redes sociales.A sus 18 años, el delantero era una de las promesas de las filas del club francés. Ahora tendrá que buscar suerte fuera de la ciudad francesa, pues el club no dudó en rescindir su contrato ante la gravedad de lo sucedido. 

 

El jugador ha querido explicarse, asegurando que no lo hizo por un tema económico, sino por celos y frustración y que reembolsará lo que se llevó.

 

Comunicado de Diaby-FadigaMe gustaría disculparme con los aficionados. Muchos han estado conmigo y me han acompañado con amabilidad desde mi debut profesional. Sus reacciones están a la altura de la decepción que, sin duda, sienten por mí y les debo explicaciones.

 

Defendí la camiseta de mi club de la infancia con orgullo durante la temporada pasada en la Ligue 1. Desafortunadamente, me lesioné para muchos meses y mi vuelta a la competición fue aplazado otra vez después de recibir una tarjeta roja en un partido con el equipo sub 19. Me afectó mentalmente y mi situación contrastaba con el éxito y el aura de Kasper (Dolberg), mi compañero de equipo. Me desquité con él sin razón, tal vez un poco por celos. En lugar de luchar en el campo para competir con él, actué con odio.Mis acciones no estaban guiadas por el apetito de la ganancia sino por desilusión, frustración y desacreditación. Por supuesto, solo tengo 18 años, pero mi edad no excusa nada. Reonocí lo que había hecho y me presenté frente Kasper, Monsieur Fournier, director del club, Patrick Vieira, mi entrenador, y Danté, mi capitán. Me disculpé con cada uno de ellos.

 

También me comprometí a compensar a mi compañero reembolsando lo que me llevé. Le deseo mucho éxito en el Niza y en su carrera. Tal vez nos volveremos a encontrar algún día en el terreno de juego y este asunto será solo un mal recuerdo.

 

A partir de ahora, dejo el club en el que siempre he querido tener éxito y crecer, lo que es para mí el mayor castigo. Espero demostrarles algún día que tenían razón y que soy mejor que esto. La redención vendrá en el campo y ahora quiero dedicarme a mi gran pasión: el fútbol.

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