04 feb 2019 , 08:40

Condenan a 75 años a exportero por drogas y secuestro

Las investigaciones policiales le involucraron con la banda que había mantenido prisionero

El cancerbero mexicano Omar Ortíz, alias el Gato, jugó casi 300 partidos en 5 equipos durante 13 años. En el Monterrey, donde se inició, estuvo tres veces. Sus actuaciones lo llevaron a la selección mexicana, en la Copa de Oro de Estados Unidos 2002.

 

La etapa más rutilante la cumplió en los tres años que estuvo en el arco de los Jaguares de Chiapas, que defendió 166 veces y en una ocasión lo etiquetó como el menos vencido.

 

Pero, a partir de allí, comenzó el camino hacia el averno. En mayo de 2010 era suplente del Monterrey cuando fue inhabilitado por consumo de sustancias prohibidas. Su primera condena: dos años lejos de las canchas.”Me metí en un gimnasio y después iba a entrenar. Uno de mis instructores me sugirió tomar un suplemento, que estaba prohibido. Me hicieron cuatro antidopings en México y no salió nada. Me confié y seguí tomando. Cuando fui a Colombia a jugar la Libertadores me tocó el examen y salí positivo en oximetalona (un esteroide oral que aumenta la fuerza y la masa muscular)”, recuerda Ortiz en una entrevista en 2013.

 

Cuando ya se preparaba para volver del castigo impuesto por la Liga Mexicana, dio otro paso más hacia el infierno. Las autoridades judiciales anunciaron su detención y encarcelamiento por nexos con el narcotráfico, robo de vehículos y cómplice del secuestro de varias personas. Era el 7 de enero de 2012.

 

Toda una sorpresa para el mundo futbolero de México. Las investigaciones posteriores involucraron a Ortíz con la banda que había mantenido prisionero durante un mes a Armando Gómez, el marido de la famosa cantante mexicana Gloria Trevi. 

 

Según la causa penal, el portero aprovechaba su fama para ganarse la confianza de las posibles víctimas y obtenía información privilegiada de patrimonios y hábitos de vida, que luego transmitía a sus cómplices. “A algunos les obligaron con torturas a firmar en contra de mí. Las víctimas no me reconocen como el secuestrador sino como un conocido. En ningún momento han dicho que yo los secuestré”, argumentaba desde su celda retóricamente ante la televisión

 

Como sus colegas de portería René Higuita, preso en 1993 por mediar en un secuestro de la hija de un amigo del capo Pablo Escobar, y del ex portero del Flamengo Bruno Fernandes, quien contrató a un asesino para descuartizar a su ex novia, el “Gato” Ortíz no pudo detener el penal más importante: el de la ley.

 

Después de siete años de proceso, el 8 de enero de 2019, recibió una condena de 75 años de prisión y una multa equivalente a 100 mil euros para resarcir a dos víctimas.

 

“El día que Dios me dé la oportunidad de salir de aquí, me iré a otro lugar donde pueda hacer una vida tranquila con mi familia”, había dicho esperanzado antes de saber del fallo. Por más que tenga siete vidas, ser cancerbero es lo único a lo que ahora puede aspirar el “Gato”.

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