28 ene 2016 , 03:03

Después de muertos, amarnos más

A la mañana siguiente, supo ya la ciudad que sólo se trataba de un mal sueño…

A la mañana siguiente, supo ya la ciudad que sólo se trataba de un mal sueño…

Y entonces empezaron –con la mente pero también con la mirada- a tomarse lista entre ellos y, aunque faltaba uno, sabían que estaban completos, que el hombre estaba por llegar, que nunca les había fallado.

Ya nadie volvería a hablar del tema, si algo se había enterrado la tarde anterior era el suceso. Y su voz, su voz se iba tomando lo mismo los zaguanes que las avenidas; al virar por las esquinas lo encontrabas, de arriba de los postes caía, cuando llovía se entreveraba en el chorro y en los días de sol se refugiaba en balcones, se convertía en fantasma de verdad y de susurros.

Hubo quien quiso incluso que fuera nomás flor de un día, que como todas las cosas pase, que llegue otro a ocupar ese lugar como si fuera una cuestión así de sencilla cambiar a todo un país, cambiarle la estructura y el contenido a un pueblo…

La vigencia de Julio Jaramillo poco tiene que ver con su calidad de intérprete o sus condiciones de compositor; a estas alturas no son muchos los que tienen presentes su trayectoria, la importancia de su figura de artista continental… Esos son elementos de valoración que tienen una importancia en otros espacios donde a JJ lo valoran por lo que hacía… Y a nosotros nos importa lo que fue.

El de la letra, pero también el del tono con el que se identificó una sociedad de hombres convencidos que con una canción se le pueden pelar los cables a cualquiera…. Una tropa que llegado el momento se envuelve en los recuerdos del saber que fuiste y ya no serás… Un conjunto que añora, se resigna y vuelve; que se alegra –con el tiempo- de sus tristezas; que promete que nunca más volverá al error que mañana acometerá con entusiasmo.

Por eso es que no se ha ido nunca y de allí es que deviene su vigencia, su promesa de quedarse para siempre… Porque es retrato, espejo y referente del buen hijo, del buen amigo, del hombre humilde que lo alcanzó todo y a quien, más allá de sus defectos, todos querían.

No es de gratis. No. Miren que el pueblo sigue sin hablar de esas cosas… Que la muerte no termina de hacerse un espacio entre nosotros y que el único derecho es de la vida… Por eso es que de Jaramillo no se puede sino hablar con júbilo, de su figura heroica, de esa idolatría que no conoce de merma, de su canto vivo que no dejó de acompañar al puerto este que después de aquella vez no volvió a toser más pianos ni manzanas…

La calle ya no está estrangulada, se ha curado, no se traspapela y ahora convive y se arrejunta con las sombras… Y si es sonámbula es virtud. Y a ratos es otra y otras veces esta misma Guayaquil la que necia, celosa, se pone con sus cosas… A esa mujer le hace falta una palabra, necesita que le mientan… Entonces: Yo sé que tú lo dudas, que yo te quiera tanto… Si quieres me abro el pecho y te entrego el corazón.

Ecuavisa canta con JJ

'Nuestro juramentoes quizás la canción más conocida de Julio Jaramillo. Incluso, su consagración internacional llegó con este bolero (1957), inédito del puertorriqueño Benito de Jesús, que lo embarcó en varias giras por América Latina.

 

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