08 mar 2018 , 03:25

Florencia despidió por última vez a Davide Astori

Compañeros de equipo, familiares, hinchas y exjugadores fueron parte de la ceremonia.

Florencia rindió este jueves un último homenaje a Davide Astori, capitán de la Fiorentina fallecido en la noche del sábado al domingo, en un emotivo funeral al que asistieron miles de personas delante de la basílica de la Santa Croce.

 

Al lado de la familia y los amigos de Astori, muerto cuando dormía, a sus 31 años, se juntaron grandes nombres del fútbol italiano de ayer (Baresi, Totti, Van Basten, Zanetti) y hoy (Buffon, Chiellini, Nainggolan, Candreva), a partir de las 10:00 locales en la basílica, uno de los símbolos de la ciudad toscana.

 

Y en la explanada se arremolinaron varios miles de personas, aficionados de la Fiorentina o no, pero todas muy emocionadas, que se acercaron para rendir homenaje al exdefensa, que será enterrado cerca de Bérgamo (norte), de donde era originario y donde todavía viven sus padres.

 

Incluso lejos de la  Basílica, en todas las calles de la ciudad, las bufandas violetas de la Fiorentina estaban más presentes que nunca. En los balcones del palacio aparecían la pancartas "Orgullo de Florencia", "Gracias por todo lo que nos has dado" o "Ciao Capitano".

 

Tras la llegada de todos los jugadores de la Fiorentina, la ceremonia comenzó con un poco de retraso, ya que el padre de la compañera de Astori fue víctima de una indisposición.

 

"Hemos venido a rezar por Davide, en esta Basílica que Italia eligió como santuario de los hombres más ilustres y que guarda los valores más bellos de nuestro pueblo", declaró el cardenal y arzobispo de Florencia, Giuseppe Betori, que habló de Astori como de "nuestro capitán".

 

Uno de los hermanos del jugador, Marco, pronunció unas palabras en recuerdo de Davide, dando además las gracias a la ciudad, donde una jornada de duelo fue proclamada el jueves.

 

El centrocampista croata Milan Badelj, segundo capitán de los "Viola", tomó después la palabra para hablar de un jugador "simple, directo y pragmático, pero no como los otros".

 

En la salida del cortejo, tras la misa, la Piazza di Santa Croce se transformó en una tribuna del estadio Artemio Franchi. Los aplausos comenzaron, las bufandas se levantaron, las banderas fueron enarboladas y las bengalas violetas fueron encendidas. 

 

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