03 dic 2016 , 10:43

La lluvia no detiene el 'último adiós' a las víctimas del vuelo de LAMIA

El funeral masivo se lleva a cabo en el estadio Arena Condá de Chapecó.

Chapecó recibió el sábado los cuerpos de sus futbolistas muertos en un accidente aéreo de Medellín, para rendirles un tributo multitudinario en el estadio donde este pequeño equipo del sur de Brasil había ganado notoriedad continental.

 

Dos Hércules-130 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) se posaron a media mañana con pocos minutos de diferencia, bajo una lluvia torrencial, con los restos de los 50 futbolistas y directivos del club repatriados desde Colombia.

 

Los ataúdes, cubiertos por las banderas verdes del equipo, fueron retirados de los aparatos bajo escolta militar, en medio de la congoja marcada por llantos y aplausos de los allegados de las víctimas.

 

Los féretros fueron alineados en las plataformas de cuatro camiones, que iniciaron una lenta procesión de 9 kilómetros hasta el lugar que aclamó la epopeya que convirtió al pequeño equipo en finalista de la Copa Sudamericana, un sueño que se estrelló en las montañas de Medellín.

 

En el estadio, el sobrecogedor silencio acompañado por un hilo musical con temas emotivos, solo se rompía al grito de "Campeones, campeones", cuando las pantallas mostraban imágenes del cortejo.

 

Empapado por la lluvia junto a su hija de diez años, cubierta con la bandera del equipo y el pelo chorreando, el mecánico Rui Alonso Thomas tiene los ojos rojos de un llanto que trata de contener. 

 

"Veníamos a todos los partidos, lloviera o hiciera sol. Nuestro sueño por fin era real, estaba tan próximo, que no hay explicación", afirmó emocionado. "Chapecó va a tardar mucho en recuperarse, pero yo voy a seguir viniendo al estadio", añadió.

 

"Vinimos porque el Chapecoense está en nuestro corazón, es nuestra familia. La lluvia no nos ha parado porque teníamos muchas ganas de despedirles", coincide Patricia Carraro, una cajera de 32 años.

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