21 mar 2016 , 06:30

Implicado en el FIFA Gate se declara culpable en Estados Unidos

Luis Chiriboga habría sido nombrado por Burzaco como otro de los implicados en FIFA Gate.

Alejandro Burzaco, el principal empresario argentino acusado en el Fifa Gate, se declaró culpable ante la Justicia de los Estados Unidos según el diario Ámbito Financiero de Argentina.

 

Burzaco, manejó los derechos de televisión de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) durante el mandato de Luis Chiriboga Acosta, se declaró culpable ante el juez de Nueva York que investiga el caso, Raymond J. Dearie.

 

El empresario pactó el pasado mes de noviembre con el FBI no sólo su confesión en el posible pago de sobornos, sino también dar los nombres de las personas que participaron en los actos, entre los que se menciona a dirigentes de toda Sudamérica, incluyendo a Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, ambos en sus roles de exsecretarios generales de la Conmebol.

 

Pero además de los antes mencionados, también habrían sido implicados por Burzaco otros 14 dirigentes como el paraguayo Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol, vicepresidente de la FIFA, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y expresidente de la Federación Paraguaya de Fútbol; Ricardo Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA; el también brasileño Marco Polo del Nero, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

 

Además, Luis Chiriboga, expresidente de la FEF y miembro del Comité Ejecutivo de la Conmebol; Rómer Osuna, de Bolivia, miembro del Comité de Auditorías de la FIFA, extesorero de la Conmebol y expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol; el también boliviano Carlos Chávez, extesorero de la Conmebol, y expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol y el peruano Manuel Burga, miembro del Comité de Desarrollo de la FIFA, expresidente de la Federación Peruana de Fútbol.

 

De manera indirectamente también se implicaría a los hondureños Alfredo Hawit, expresidente de la Concacaf, vicepresidente de la FIFA y miembro del Comité ejecutivo de la FIFA; y Rafael Callejas, expresidente de la República, miembro del Comité de TV y Mercadeo en la FIFA y expresidente de la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras.

 

También el guatemalteco Héctor Trujillo, secretario general de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala, juez de la Corte Constitucional de Guatemala; el guatemalteco Brayan Jiménez, presidente de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala, miembro del Comité para Fair Play y Responsabilidad Social de la FIFA; y el panameño Ariel Alvarado, miembro del Comité Disciplinario de la FIFA.

 

También el guatemalteco Rafael Salguero exmiembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y expresidente de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala y el salvadoreño Reynaldo Vásquez , expresidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol.

 

Burzaco habría colaborado con sus declaraciones ante la Justicia norteamericana a acelerar las investigaciones sobre todos estos dirigentes del fútbol de la región, lo que le vale desde hace meses la definición de "Buche del FBI" entre sus examigos y colegas de Sudamérica y América Central. 

 

Hasta lo que se sabe, el ex CEO de la empresa Torneos y Competencias se puso a disposición del FBI primero y de la Justicia de los Estados Unidos después, y no sólo confesó sino que además señaló a los posibles implicados en la rama regional del "FIFAGATE". Esto es, el pago y cobro de sobornos por cientos de millones de dólares (aún no está el número cerrado de las coimas pagadas pero superarían los 300 millones de dólares en los últimos 7 años), por la organización de torneos regionales, incluyendo la próxima Copa América Centenario que se disputará en los Estados Unidos.

 

Burzaco fue uno de los primeros señalados por la Justicia norteamericana, y estuvo prófugó desde el 27 de mayo del 2015 cuando estalló el escándalo de corrupción, y se entregó en junio de ese año en Bolzano, Italia, donde permaneció hasta julio cuando fue trasladado a los Estados Unidos. 

 

El empresario guarda arresto domiciliario y utiliza una tobillera magnética a la espera de que la Justicia resuelva lo más rápido posible su situación final, confiando que la confesión y colaboración disminuirá su pena.

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