07 ene 2018 , 04:13

El inicio de campaña de Correa coincidió con la designación de nueva Vicepresidenta

Correa abrió este sábado la campaña por el "No" en la consulta popular.

El expresidente Rafael Correa abrió este sábado la campaña por el "No" en la consulta popular del 4 de febrero con la que el mandatario Lenín Moreno, su exaliado y ahora enemigo declarado, pretende desterrar al correísmo del poder político en Ecuador.


El inicio de campaña de Correa coincidió con la designación y toma de posesión en la Asamblea Nacional de la nueva vicepresidenta, María Alejandra Vicuña, en reemplazo de Jorge Glas -gran aliado de Correa en la pugna con Moreno-, que perdió el cargo esta semana tras ser condenado a prisión por el caso Odebrecht.


Subido en una tarima en un parque de la ciudad Montecristi (en la costa Pacífico), el todopoderoso líder que dirigió el país entre 2007 y 2017 con un estilo personalista e impulsivo arremetió contra su sucesor, al que tildó de "traidor", y contra un referéndum que considera "inconstitucional".

"¡Siete veces no! ¡Siete veces no!", exclamó el exmandatario ante centenares de partidarios que ondeaban banderas del movimiento izquierdista Alianza País, ahora fracturado entre correístas y morenistas.

Correa, un economista de 54 años, llegó de manera casi sorpresiva el viernes a Guayaquil desde Bélgica, donde reside con su familia, y durante un mes promoverá el "No" a la consulta de Moreno, que consta de siete preguntas, varias de las cuales atentan claramente contra su legado.

En una entrevista la mañana del sábado en una radio local, el expresidente aclaró que su campaña es contra tres preguntas: la que plantea eliminar la reelección indefinida, la que busca reestructurar el órgano de designación de autoridades de control (Fiscal, Contralor y Defensor del Pueblo) y la que pide suprimir la ley de Plusvalía (de impuestos a la ganancia inmobiliaria), todo promovido por él.

"Es un rompimiento constitucional descarado. La pregunta tres (la de las autoridades de control) es un verdadero golpe de Estado. Estamos hablando ante una consulta que quiere apoderarse de todas las funciones del Estado", denunció.

"Pero si alguien quiere decirle No a toda la consulta, es perfectamente legítimo como rechazo a la traición, al engaño", agregó Correa, quien reprocha a Moreno haber convocado la consulta sin esperar la aprobación de la Corte Constitucional.

- Vicepresidenta "morenista" -

Al margen de la campaña, la Asamblea Nacional designó y tomó posesión como nueva vicepresidenta a María Alejandra Vicuña en reemplazo de Glas -una de las piezas clave en el gobierno de Correa-, condenado a seis años de prisión por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

Vicuña, una psicóloga de 39 años, ya había sido nombrada vicepresidenta encargada por Moreno cuando Glas ingresó en prisión preventiva, y se convierte en la segunda mujer en ocupar este puesto en la historia de Ecuador.

Tras tomar posesión, la nueva vicepresidenta, que fue diputada del oficialismo entre 2009 y 2017, aseguró ante el hemiciclo que asume el cargo con "responsabilidad histórica" y "en unas complejas circunstancias de la política nacional".

Teniendo en cuenta que la consulta popular propone también inhabilitar a los políticos condenados por corrupción, la designación formal de Vicuña podría simbolizar el final político de Glas, convertido en el funcionario en activo de mayor rango condenado en América Latina por el megaescándalo de la constructora brasileña.

Y es un paso más en la pretensión de Moreno de desplazar al correísmo del poder en Ecuador.

Desde que asumió el poder el 24 de mayo de 2017, Moreno se rebeló contra toda pronóstico ante Correa, de quien fue vicepresidente y estrecho aliado, activando una ardua pelea entre ambos en las redes sociales que terminó por fracturar al oficialismo, mayoritario en la Asamblea.

Con una actitud más conciliadora hacia la oposición y la prensa privada, el mandatario desató la ira de su antecesor al acusarle de derroche, de haber endeudado el país y de autoritarismo.

Ahora el exmandatario, cuya influencia está cada vez más aislada en Alianza País y en las instituciones, tiene el reto de liderar una campaña con pocos medios económicos y una escasa presencia mediática, que contrasta con la omnipresencia en sus años de gobierno.

 

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