21 sep 2015 , 03:43

Incoherencia y credibilidad

Los impuestos vendrán, mas allá del análisis económico

El Presidente Correa asegura que tiene credibilidad, pero, cómo la pone en riesgo cuando se aferra a sus tesis y cae en contradicciones con sus ministros y mas funcionarios.

 El Secretario Nacional de Planificación, Pabel Muñoz, que ha estado conduciendo los diálogos encausados por el gobierno, a propósito de los impuestos y mas motivos de las recientes protestas, dijo que, tras la finalización de estos diálogos, los proyectos de impuesto a las herencias y plusvalía entrarán en análisis político y económico, antes de pensar en volverlos a enviar a la Asamblea Nacional.

 La interpretación de todos los que escuchamos esto fue que los proyectos entraban en la congeladora, por el momento. Por eso, los empresarios, incluso, alabaron el gesto como una muestra de sensibilidad social.

 Al día siguiente, en su sabatina del 19 de Septiembre, el Presidente Correa vuelve a insistir en que los impuestos no afectarán a la clase media y, mas aún, con el aumento de la base no imponible de 35 mil dólares a 170 mil dólares.

 Nos demuestra así que el análisis ya está hecho y que la sensibilidad solo es un espejismo. Argumentó que, en el Ecuador, los ricos se resisten a pagar impuesto a la herencia y hasta sacó una lista de multimillonarios de distintos países que aseguran que no dejarán dinero a sus hijos, lo cual es comprensible si esos hijos ya son empresarios independientes que, seguramente, también amasan jugosas fortunas.

 

Dolares

 

 Larga fue la explicación y conocidos los argumentos. Dentro del gobierno y a favor de un verdadero análisis ---si es que llega a darse--- ¿alguien se atreverá a discutir estos argumentos al presidente?

 Los impuestos vendrán, mas allá del análisis económico y social, porque no hay como sacrificar la posición política. El gobierno y el presidente no pueden ceder.

 Al menos se hicieron reformas a los proyectos originales y eso lo debemos a la capacidad de protesta demostrada por muchos ecuatorianos, en las calles.

 Otro caso: Nathalie Cely, Ministra Coordinadora de la Producción alienta esperanzas de convertir a los empresarios en aliados del gobierno, ahora que el Estado ya no tiene los ingresos de antes. Con ellos discute un proyecto de ley para crear empresas de economía mixta, bajo la fórmula de alianzas entre el Estado y el sector privado.

 “Mas vale tarde que nunca….!”, dijimos en la televisión.

 Pero, en la misma sabatina, el presidente se destapa contra los empresarios a los que acusa de solo defender su riqueza. Los presenta como una clase perversa que no quieren comprometerse con la equidad y que “pagan 80 dólares a sus sirvientas”.

 Defender la riqueza, como producto del trabajo, es legítimo y los empresarios también aportan a la justicia social con producción, empleo y pago de impuestos. ¿Qué valor tiene el acercamiento de la Ministra?

 

 Parecería que, tanto Muñoz como Cely, están actuando por si solos y que lo que hacen no se enmarca en los planes del Presidente.

 Si esta incoherencia existe, ¿como podemos hablar de credibilidad?  

 

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