22 oct 2015 , 12:00

El alcalde francés que impuso un toque de queda para los niños

Tampoco pernite colocar antenas parabólicas o tender la ropa en el centro de la ciudad.

El alcalde de Béziers, Robert Ménard, ha sido acusado de convertir la localidad del sur de Francia en un "laboratorio de la extrema derecha".

 

¿Pero por qué? ¿Y qué hace que sea el alcalde más polémico del país?

 

Ménard fue periodista, uno de los fundadores de Periodistas Sin Fronteras, un grupo de prensa internacional con base en París.

 

Por aquél entonces comulgaba con el socialismo.

 

Por eso sorprendió a muchos que hace 18 meses se convirtiera en alcalde de Béziers, una ciudad de más de 71.000 habitantes, de la mano del Frente Nacional, un partido de extrema derecha.

 

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Él no pertenece a la formación, pero su apoyo fue clave para que alcanzara el cargo.

 

Y comulgaba con el socialismo antes de que se pasara a la derecha.

 

Así, a día de hoy Béziers es el mayor bastión de la extrema derecha en Francia y son varios los que se oponen a esa realidad.

 

Cuando acudo a una reunión del consejo municipal de Béziers, irrumpen en la sala decenas de manifestantes y desplegaron varios carteles.

 

"¡Ménard, Béziers no te pertenece!", se lee en uno de ellos.

 

"Aquí acogemos a los refugiados", dice otro.

 

"¡Están llegando!"

 

Unas cuantas personas más están intentando acceder al salón a través de la pesada puerta de madera, pero los policías se lo impiden.

 

Incapaz de poner orden, el alcalde llama a votar si se excluye de la reunión al público y la prensa.

 

Se aprueba la propuesta y me obligan a dejar la sala, pero la enfurecida discusión continúa fuera, en el patio del ayuntamiento.

 

Una de las razones de la ira es el último número de la revista municipal.

 

Esta portada de la revista municipal ha levantado ampollas.

 

En la fotografía de portada se ven varios refugiados en Macedonia junto a un tren, y quien la diseñó le añadió con un programa de edición gráfica un cartel que dice "Béziers a 3.865 kilómetros" y otro que informa de "escuelas gratis, alojamiento y beneficios para todos".

 

"¡Están llegando!", advierte el titular.

 

Fue un fotógrafo de France-Presse el que tomó la imagen, por lo que la agencia demandó al alcalde y el ayuntamiento por hacer un mal uso de ella.

 

Además, tildó al alcalde de alarmista.

 

Ahora, copias de esa revista hecha añicos cubren el suelo fuera de la sala de reuniones.

 

Lucha contra delincuencia y migración

La siguiente vez que me encuentro con Robert Ménard es en un mercado de flores, en la calla principal de la ciudad.

 

Parece imperturbable.

 

"La otra noche no tuvimos tiempo de hablar", me dice, riendo.

 

"Todo fue un poco rock & roll, ¿verdad?", añade.

 

El alcalde armó a los policías municipales con pistolas.

 

Antes de la Primera Guerra Mundial Béziers era "fabulosamente rica" gracias a los viñedos que la rodeaban, porque resistieron a una plaga que echó a perder las uvas de otras zonas.

 

Pero hoy la ciudad del departamento de Hérault, en la región de Languedoc-Rosellón, es una de las más pobres del país.

 

Un tercio de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza y Menard se puso como objetivo terminar con eso y devolver a la ciudad las glorias del pasado.

 

Para ello, muchos de sus esfuerzos se han centrado en combatir la delincuencia común y la inmigración.

 

Pistolas para la policía municipal

Así, duplicó el número de policías municipales y este año los armó con pistolas semiautomáticas, a pesar de que su principal responsabilidad es controlar los delitos menores y las infracciones de tráfico.

 

Para los crímenes mayores y las investigaciones está la policía nacional.

 

Al mismo tiempo, hizo empapelar la ciudad con pósteres de pistolas gigantes acompañadas de la frase "desde ahora los oficiales de policía tienen un nuevo amigo".

 

"Una policía armada inspira respeto", me explica el alcalde.

 

Hoy Béziers es el mayor bastión de la extrema derecha en Francia.

 

"Hace unos años teníamos una actitud antisocial constante", dice un transeúnte que lleva un maletín.

 

"Había peleas, gente consumiendo drogas en estos bancos. Y nadie hizo nada durante años", recuerda.

 

"Pero desde que llegó el señor Ménard todo eso ha desaparecido y han vuelto los turistas", asegura.

 

"Limpieza social"

 

Fueron idea de Ménard la prohibición de escupir en la calle y el toque de queda para los niños.

 

Y por esto último hay quien lo acusa de querer hacer una "limpieza social".

 

Bajo su gobierno, tampoco se pueden colocar antenas parabólicas- receptoras de televisión digital- en las fachadas o tender la ropa en el centro de la ciudad.

 

"¡Esto es el sur de Francia!", exclama Sofía, una joven diseñadora de páginas web.

 

"¿Qué espera que haga la gente con la ropa mojada? No todo el mundo se puede permitir una secadora".

 

Y la postura de Ménard para con los inmigrantes no sólo la ilustra el titular de portada del último número de la revista municipal: "¡Están llegando!".

 

También queda patente en un video que se ha vuelto viral.

 

Ménard visitó este bloque de apartamentos.

 

En él se ve al alcalde en un bloque de apartamentos de La Deveze, uno de los barrios más pobres de Béziers.

Llega con un mensaje contundente para las familias sirias instaladas allí: no son bienvenidas en la ciudad.

 

Video viral

A primera vista, el video parece una parodia.

 

El alcalde luce su banda azul, roja y blanca, los colores de la bandera francesa, y lo flanquean unos policías con chalecos antibalas.

 

También lo acompaña un traductor que hablaba un inglés algo estrangulado.

 

Pero Ménard no bromea.

 

Irrumpe en un apartamento y reprende a un joven sirio, quien lo mira atónito, acusándole de "robar agua y electricidad".

 

"Si no te vas, la policía te echará", le dice al hombre, en presencia de su esposa y su hijo.

 

Allí viven varios refugiados sirios.

 

Y se dirige después a las otras siete casas en las que viven familias sirias.

 

Aquel intento del alcalde de expulsar a los refugiados fue después bloqueado, ya que los desalojos deben ser ordenados por un tribunal.

 

Es más, los apartamentos de renta controlada no están bajo su jurisdicción.

 

Pero en el video también se le escucha decir que los niños sirios no serán aceptados en las escuelas locales.

 

Si esto se aplicara, sería una violación de las leyes francesas.

 

Tras ver el video, algunos apoyaron al alcalde, mientras otros lo acusaban de no tener corazón, algo que él niega.

 

Y como muestra de que no está en contra de ayudar a los sirios, Ménard recuerda que Béziers está hermanada con

Malula, una localidad cercana a Damasco, la capital de Siria, y con una amplia comunidad cristiana.

 

Apoyo y rechazo

"Me gustó lo que hizo en La Daveze", le dice el dueño de un puesto del mercado de flores al alcalde, mientras paseamos por el lugar.

 

"¡Lo vi cuatro veces!", exclama, haciendo referencia al video.

 

 

En ese mismo bloque de apartamentos y una semana después de que se grabara el audiovisual, me encuentro con Hakim.

 

Es el primero que le abre la puerta al alcalde en el video.

 

Me cuenta que estaba desconcertado y asustado.

 

"Le dije que tengo un hijo. ¿Dónde se supone que vamos a ir?", recuerda.

 

Karim Zenouti, el vicepresidente de la mezquita de Béziers, dice que los pisos en la que ahora viven las familias sirias estuvieron vacíos durante años.

 

"Sabemos que el alcalde está tratando de seducir a su electorado, los votantes del Frente Nacional", explica.

 

"¿Y qué es lo que hacen los seguidores del Frente Nacional? Están difundiendo el miedo".

 

"Ajeno al establishment"

 

Ménard se describe a sí mismo como alguien que habla claro y que lucha contra lo que considera una clase política hipócrita.

 

Él se considera ajeno a ese establishment y podría deberse a su origen, ya que proviene de una familia de colonos que se instalaron en su día en el norte de África, a quienes se conocía como "pieds-noirs" (pies negros).

 

Los antepasados de Ménard vivieron en Argelia y cuando se convirtió en Estado soberano tuvieron que regresar a Francia.

 

Tenía 9 años cuando Argelia se convirtió en un Estado soberano y su familia tuvo que volver a Francia.

 

Jean Michel du Plaa, quien lidera el Partido Socialista en Béziers, opina que Ménard se ha movido más hacia la derecha que el propio Frente Nacional y su líder, Marine Le Pen.

 

"Marine Le Pen trató de desintoxicar el Frente Nacional", dice.

 

"Pero por el contrario, Robert Ménard está muy cómodo con el extremo de la extrema derecha".

 

Según el socialista, Béziers se ha convertido en un laboratorio político y los ciudadanos se sienten "conejillos de indias o ratas de laboratorio".

 

Algunos se quejan de que el alcalde es un loco de la publicidad y que solo le preocupa generar titulares.

 

Otros dicen que en hay una estrategia en esa locura y que sus políticas radicales pueden hacer parecer que el Frente Nacional es moderado en cuestiones de seguridad e inmigración.

 

Y eso podría aumentar las posibilidades de Marine Le Pen en su carrera por la presidencia.

 

Lea: Los Le Pen lavan los trapos sucios en público

 

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