02 jul 2013 , 11:17

Campaña incita a los bolivianos a operarse la nariz

En Bolivia, una campaña incita a realizarse una cirugía estética en la nariz.

Juan Carlos Calamar, antes y después de la operación. En Bolivia, una campaña incita a realizarse una cirugía estética en la nariz y otorga descuentos a los menos pudientes. Muchos bolivianos tienen la nariz aguileña y prominente propia de los pueblos indígenas andinos, y el hecho de que quieran cambiar su nariz parece ir en contra de la idea del orgullo autóctono impulsada por el primer presidente indígena del país, Evo Morales. Andrés Schipani, colaborador de la BBC en Bolivia, estuvo investigando y a partir de los niños que por la calles de La Paz promocionaban las operaciones llegó al consultorio de un cirujano. La sala de espera estaba atestada de pacientes, mayormente indígenas, esperando su turno para "embellecer" su nariz. Adentro del consultorio, Juan Carlos Calamar, de 19 años, se preparaba ansioso para la intervención quirúrgica. "Lo hago para mejorar mi rostro, para no escuchar las humillaciones de los que me dicen 'tienes nariz de loro' ", resume Juan Carlos. Pero cambiando su nariz, ¿no cambiará también su esencia indígena? Juan Carlos lo niega. "Seguiría siendo el mismo, tendría la misma cultura, solo cambiaré la imagen de mi cara". "Me decidí porque escuché en la radio un anuncio que decía cirugía de nariz a mitad de precio. No tenía recursos pero vine al doctor y me dijo que el monto era 2.800 bolivianos (unos US$400). Mi mamá me prestó, ella vende en la ciudad, es vendedora ambulante". ¿Sus expectativas? "No quisiera presumir de que me hice una bonita nariz, sólo lo hice para sentirme bien nomás, aumentar un poco mi autoestima". "Paquete quirúrgico" Una clínica ha lanzado esta campañas que incita a los pobladores a corregir "deformidades de la nariz". En muchos países, operarse la nariz es un lujo que sólo pueden permitirse quienes tienen un buen nivel adquisitivo. Pero en Bolivia, uno de los países más pobres de Sudamérica, es muy barato. O incluso gratuito, a través de subsidios que otorga la clínica en cuestión a los más pobres. La idea es "democratizar" las cirugías plásticas, y ponerlas al alcance de la mayoría de la población, de escasos ingresos. Richard Herrera. Cirujano que encabeza la campaña, es al artifice del cambio de imagen de Juan Carlos y, según dice, de otros 5.000 bolivianos. La campaña habla de "deformidades". "Impulsamos esta campaña para llegar a la gente que no podía acceder a una cirugía particular. Hemos hecho un paquete quirúrgico para reducir los costos. Se hace un descuento especial. Operamos a pacientes de manera totalmente gratuita", explica Herrera "Los pacientes se seleccionan a través de trabajadores sociales y seleccionamos a estos pacientes a los cuales motivos estéticos le impidan desempeñarse en sus tareas". Además, el médico le da al tema un cariz social: "El proceso de cambio que está implementando este gobierno está llegando a aquellos que jamás hubieran pensado en acceder a un especialista. Ellos también sienten que precisan ese cambio, mejorar también la parte estética". En El Alto, la ciudad que rodea la capital boliviana, un transeúnte de origen indígena le dice a la BBC que consideraría operarse. "Los indígenas somos discriminados, por eso apoyamos la tecnología y las cirugías". ¿Y la identidad? La otra cara de la moneda es que para algunos este auge de las cirugías va en contra de la idea del orgullo promovida por Evo Morales. Pero al menos para Pablo Groux, quien es ex ministro de Cultura de Bolivia y un experto en cuestiones de la identidad indígena, no hay de qué preocuparse. "Creo que es un efecto global de esta concepción de la estética que gobierna el mundo. Las comunidades aymaras y quechuas principalmente vinculadas a los centros urbanos no están exentas. Debemos acostumbrarnos a las transformaciones que van teniendo las razas en el mundo e interpretarlas sin prejuicios". Cuatro semanas después de la operación, el colaborador de la BBC vuelve a encontrarse con Juan Carlos, quien exhibe su nueva nariz. Contento, dice que está "mucho mejor, con ganas de lograr mis metas, lo que me proponga". Su madre, una típica cholita boliviana con sombrero bombín y falda de colores, cree que valió la pena trabajar duro para pagar la operación de su hijo. "Sí, siento que está mejor, me siento feliz".

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