Para interpretar a Griselda, Lília Cabral necesitó más que actuación

¿Cómo interpretar a una mujer que camina, viste y luce como hombre? Esa fue la difícil tarea de la actriz brasileña Lilía Cabral, quien utilizó su gran experiencia en la actuación para desempeñar el que quizás ha sido uno de sus personajes más difíciles.

Para construir a Griselda, la actriz tuvo que dejar de depilarse la zona del labio superior, de forma que crezca el bello y se pueda mostrar el tan folclórico bigote que representa a Pereirón, ‘El Marido de Alquiler’.

“Con el bigote y el overol tenía mucho miedo de ser una caricatura”, dice Lilía quien además tuvo que pasar un año estudiando los guiones y moldeando la figura de doña Griselda.

La forma de andar del personaje también fue ensayado en caminatas matinales a la orilla de la reconocida laguna Rodrigo de Freitas de Rio de Janeiro, pasos marcados y duros que muestran el peso de una vida de trabajo y sacrificio, la singular y masculina forma de caminar de Griselda.

El resto fue más sencillo. Trabajar hasta 100 escenas por semana y levantarse a las seis de la mañana para estudiar los libretos durante tres horas, luego ir al estudio y grabar hasta las nueve y media de la noche.

Ya se imaginan entonces, el talento que se necesitó para crear a un personaje de tales características que logró además robarse el corazón de un país entero. Lília Cabral hizo que tanto ella como todas las mujeres de Brasil, se convirtieran en Griseldas, una hazaña más que catártica, memorable.

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