11 jun 2012 , 01:52

Nadal alcanza el séptimo cielo de Roland Garros frente a Djokovic

El español Rafael Nadal se convirtió este lunes en el primer tenista en sumar siete títulos de Roland Garros al doblegar por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, en una final disputada en 3 horas y 49 minutos que la lluvia obligó a repartir en dos días.

El español Rafael Nadal se convirtió este lunes en el primer tenista en sumar siete títulos de Roland Garros al doblegar por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, en una final disputada en 3 horas y 49 minutos que la lluvia obligó a repartir en dos días.

El mallorquín repitió el guión de ayer y salió encendido a la Philippe Chatrier, donde el domingo se había detenido el encuentro después de tres horas de tenis, con un tanteo de 6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 para Nadal.

Quebró de inicio el saque de Djokovic, se apuntó tres juegos seguidos y subió un 3-2 al marcador. Nadal parecía implacable, pero las fuerzas se fueron igualando en esta final aplazada, la primera en 31 años, y la lluvia volvió a reclamar protagonismo.

A punto estuvo de volverse a interrumpir el encuentro, con 5-4 para Nadal. El drama aumentaba.

"Por favor, proteged las bolas", le dijo Nadal al juez árbitro, el sueco Steffan Fransson, que convino con los jugadores esperar un par de minutos con la esperanza de que el sol le ganara la batalla a los chaparrones.

El mallorquín quería evitar que, como en la víspera, la lluvia hiciera las bolas más pesadas.

El cielo se mostró clemente con el tenis, los dos mejores tenistas del mundo reanudaron el duelo y llevaron el tanteo hasta un 6-5.

La final, en la que Nadal se jugaba el récord histórico de adelantar al sueco Bjorn Borg en títulos de Roland Garros y en la que Djokovic intentaba cerrar los cuatro Grand Slam de manera consecutiva, tomando el relevo de Rod Laver en 1969, se volvía más eléctrica.

Pero Nadal no sucumbió a esa presión, que sí pudo con Djokovic. Con una doble falta, el serbio dejó el marcador en un definitivo 7-5. El mallorquín cayó arrodillado, fulminado por el éxito y se fue a buscar el abrazo de los suyos en las gradas para celebrar que había ganado la 111ª edición de Roland Garros. Había tocado su séptimo cielo.

Atrás quedaba el abrupto primer acto del día anterior, con un Nadal pletórico que parecía iba a sumar su tercer Grand Slam de París sin ceder un set, como en 2008 y 2010, y en el que la lluvia jugó un papel determinante.

"Siempre tengo sitio en casa para un trofeo de Roland Garros"
, bromeó Nadal con el micrófono ante el público de París que, una vez más, veía como el mallorquín, de 26 años recién cumplidos, se coronaba rey absoluto de la arcilla de París y, de paso, garantizaba su presencia en la Copa Masters de Londres.

Ahora que Borg es ya otra víctima de la campaña de Nadal, la próxima leyenda a superar se llama Pete Sampras, único tenista que hasta hoy ha ganado siete veces en otro grande, Wimbledon.

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