12 sep 2014 , 04:02

Murió el último artista que cuidaba las esculturas del cementerio de Tulcán

Benigno Franco, murió a los 78 años, y con él se extingue este legado.

Benigno Franco era el encargado de conservar intactas las esculturas de ciprés del cementerio de su natal Tulcán. Más que su trabajo, era su pasión.

 

Por ello dejó de lado la docencia y se convirtió en el guardián de estas esculturas vivas sembradas en la morada de los muertos. Creía firmemente que estos árboles son el vínculo entre la tierra y el cielo.

 

Ahora esa voz se extinguió y se llevó consigo los saberes con los cuales mantuvo incólume, las más de 300 piezas esculpidas en verde y declaradas como patrimonio cultural del Ecuador en 1984.

 

Y aunque su trabajo representa su esencia, quisimos conocer más sobre la vida de Benigno.

 

Por eso fuimos hasta su casa ubicada en el centro de Tulcán. Allí, Francisco Franco, nos abrió las puertas de este hogar de artistas. En el interior, fotografías y reconocimientos llenan las paredes. 

 

Francisco, a su manera, asegura que el sueño eterno de su hermano es vigilado por los soldados salidos de su imaginación.

 

Nelly Franco, en cambio, no deja de ver las fotos de su hermano. Recuerda que Benigno a los 7 años ya aprendió el arte de la escultura en verde, plasmado por su padre, José María Azael Franco, en el cementerio municipal de Tulcán desde 1936.

 

Y ahora es una de las 12.400 almas que descansan en este cementerio, convertido en el sitio turístico más importante de la capital de la provincia de Carchi.

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