07 jul 2014 , 03:33

El 'cine de la calle' que crece en Guayaquil

Jóvenes que habitan en la Isla Trinitaria cada fin de semana trabajan para alcanzar un sueño.

Jóvenes que habitan en la Isla Trinitaria de Guayaquil cada fin de semana trabajan para alcanzar un sueño: hacer cine, un cine que cuenta las experiencias que ellos viven. El periodista de Televistazo Lenin Artieda compartió con ellos una jornada que se divide en la comercialización de sus filmaciones y la grabación de los nuevos proyectos.

 

Llegan uniformados y se ubican en una esquina al pie del semáforo para instalar sus pancartas y coordinar acciones. Se reparten las películas, 30 'por cabeza', y empieza entonces un acto que es como una ceremonia: la de convencer a los conductores, a los pasajeros de cualquier vehículo, a los transeúntes, de que hay que apoyar su aspiración y su talento.

 

Aquí es donde el círculo se cierra. Ellos la actúan, la producen, la filmaron y la venden, pero no es una cosa sencilla esto de expender, en las calles no siempre hay receptividad, aunque algunos sí valoran su trabajo.

 

“La verdad es que me parece muy bien hacer algo diferente para evitar, mucha gente se dedica a la droga, se dedica al vandalismo, y hacer algo positivo para la juventud”, comenta Verónica Vallejo, una ciudadana que se aventuró a comprar el filme.

 

Jackson Jickson es el eje de todo este proyecto. Es el líder de un grupo de 21 jóvenes de la Isla Trinitaria que se dedican a distintas manifestaciones artísticas. Se iniciaron con la música y ahora deambulan por esto que bien podría llamarse el 'cine de la calle', el de sus vivencias, de sus problemas y el de sus anhelos que se recoge en el primer trabajo llamado “Dime Hasta Cuando”. 

 

“Yo compré una cámara cacera y comenzamos a hacer unas pequeñas tomas... teníamos talento porque los chicos sí reaccionaban a lo que realmente se quería y comenzamos a hacer un papel de un personaje, los chicos lo hicieron bien”, comenta Jickson.

 

Hambrientos de racionamiento y fama, ya están filmando su segunda película. Con el dinero de las ventas quieren comprar equipos para que su trabajo tenga una mayor calidad técnica. 

 

Joanna Olaya es actriz, tiene un bebé de tres años y cuenta los motivos por los que esto para ella es una opción: “Para perder mi tiempo en la calle haciendo cosas innecesarias , mejor nos reunimos todos los sábados, grabamos y así como usted ve salimos a vender las películas y con eso también nos apoyamos nosotros”.

 

La mayoría de ellos trabaja en distintas ocupaciones y son los fines de semana cuando se dedican a este otro oficio que se les ha convertido en pasión y son sus barrios, sus casas los estudios de cine, las locaciones donde sus expectativas van tomando forma. 

 

José Daniel Cuesta es el director de la segunda película que se llama “Una Noche Sin Sueño”. “Producto hecho de la calle, para la calle, para generar reflexión en un lenguaje audiovisual que sea muy entretenido y muy rítmico para la persona que lo ve”, comenta.

 

No tienen presupuestos altos, no tienen dinero, pero les sobra creatividad y ganas de demostrar que en la calle no solo están los peligros, sino también las oportunidades. 

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