Examen a restos hallados en Colombia se conocerá hoy

El viacrucis de los familiares del equipo periodístico de diario El Comercio que fue asesinado en Colombia en manos del grupo disidente de las FARC Óliver Sinisterra, podría recién terminar el lunes 25 de junio, cuando los forenses en Cali prevén dar a conocer las conclusiones del análisis genético definitivo.

 

Hasta la mañana del 23 de junio, ninguno de los restos había sido sometido a una pericia antropológica de reconocimiento dental. Pero la noche anterior, el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, había informado que los exámenes dentales daban un 99% de compatibilidad con los periodistas ecuatorianos.

 

“Esa información no salió del Instituto de Medicina Legal, porque simplemente no hemos iniciado esos exámenes”, aseguró Jairo Silva, el médico que dirige la oficina forense de Cali, desmintiendo que los restos fueran identificados. 

 

"Terminada la necropsia, la carta dental es totalmente insuficiente para otorgar la plena identidad de los cadáveres encontrados", insistió Cadena.

 

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Una vez se compruebe su identidad, los restos de Ortega, Rivas y Segarra serán repatriados a Ecuador, un país que nunca antes había lidiado con una tragedia semejante.

 

Los tres miembros del equipo periodístico habían viajado en marzo a la frontera con Colombia para realizar un reportaje, tras una serie de atentados con explosivos en la fronteriza provincia de Emeraldas, que dejaron también cuatro militares muertos.

 

Los ecuatorianos cayeron en poder del grupo que dirige el exguerrillero Walther Arizala, conocido con el alias de Guacho. Los tres fueron asesinados en cautiverio en Colombia, según anunció el gobierno ecuatoriano el 13 de abril.

 

Luego del asesinato los gobiernos de Ecuador y Colombia lanzaron una cacería contra Guacho, un exmando medio de la ya disuelta guerrilla FARC que se apartó del acuerdo de paz que condujo al desarme de unos 7.000 combatientes de ese grupo en 2017.

 

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De origen ecuatoriano, Guacho es acusado por el ejército colombiano de operar como brazo armado del cartel mexicano de Sinaloa y de tener también secuestrados a los ecuatorianos Óscar Villacís (24) y su compañera Katty Velasco (20).

 

Sin un mando unificado, los rebeldes disidentes operan en apartados puntos de Colombia donde disputan las rentas del narcotráfico y de la minería ilegal. Estos grupos estarían conformados por unos 1.200 combatientes.