05 oct 2016 , 03:06

Cosíos, el sobreviviente

Édison Cosíos perdió el 65% de su cerebro tras una manifestación en septiembre de 2011.

Édison Cosíos tenía 17 años cuando una bomba lacrimógena lo impactó en la cabeza y le destruyó el 65% del cerebro. La tragedia ocurrió en septiembre 2011 durante una protesta estudiantil contra el bachillerato unificado.

 

Él era alumno del Colegio Mejía de Quito y fundador del naciente movimiento Cambio Alfarista que se presentaba como una alternativa política para su plantel.

 

La madre del joven, Vilma Pineda, cuenta que tras 16 meses, Édison logró salir de estado vegetativo y empezó a mostrar reacciones a estímulos.

 

Durante el día, su madre lo alimenta cada tres horas con la ayuda de una enfermera del Ministerio de Salud y por la noche lo atiende su padre, Manuel Cosíos.

 

Su familia cuenta que la obtención de medicamentos se complica debido a la burocracia y hay otros que deben conseguir por su cuenta.

 

Actualmente, los padres reciben el bono Joaquín Gallegos Lara de USD 240 para la atención del joven y tienen una enfermera y una terapeuta.

 

Manuel está preocupado porque la empresa donde trabaja está en venta y él teme ser despedido.

 

 

 

 

Mientras que a Vilma le detectaron varias hernias discales y debe ser intervenida, luego de eso no podrá atender a su hijo como lo hace hasta ahora.

 

En 2013 sentenciaron al policía Hernán Salazar a ocho años de prisión por el daño a Édison Cosíos, sin embargo en la última instancia judicial, en 2013, los jueces cambiaron la pena por cinco años de cárcel.

 

El exagente cumplió dos años y ocho meses de prisión y luego se acogió a la prelibertad por buen comportamiento y cada ocho días se presenta ante un juzgado.

 

Salazar prepara una demanda contra el Estado para limpiar su nombre, ya que asegura que desde el inicio se violó su derecho a la inocencia.

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