19 dic 2014 , 08:52

Estado Islámico amenaza de muerte a soldados libaneses secuestrados

En la grabación, los yihadistas les acusan de "colaborar" con el movimiento chiita.

Un combatiente del grupo Estado Islámico (EI) amenazó con ejecutar a soldados libaneses secuestrados desde hace meses, en un video al que tuvo acceso la AFP este viernes.

 

En la filmación, grabada en una llanura rodeada de colinas, tres hombres vestidos con un uniforme azul posan arrodillados delante de tres combatientes yihadistas, dos de ellos a cara descubierta, quienes mantienen un cuchillo a la altura de la garganta de los rehenes.

 

La AFP obtuvo este video del jeque salafista Usam al Masri, último mediador en las negociaciones destinadas a liberar a 25 soldados y policías libaneses secuestrados por el EI y el Frente al Nosra (rama siria de Al Qaida) a principios de agosto en el este de Líbano. Desde entonces, ejecutaron a cuatro rehenes.

 

El único yihadista encapuchado, quien habla en francés, ataca en el video a tres dirigentes libaneses: el ex primer ministro Saad Hariri, el líder druso Walid Joumblatt y el líder cristiano Samir Geagea, a quienes acusa de haber transformado el ejército libanés en una marioneta en manos del movimiento chiita Hezbolá.

 

Este poderoso movimiento armado libanés, que combate en las filas del régimen sirio de Bashar el Asad en la vecina Siria, es la bestia negra de los yihadistas sunitas. "El Estado Islámico está en guerra contra Hezbolá" por inmiscuirse en "los asuntos de los musulmanes" en Siria, declara el yihadista encapuchado.

 

Hariri, Geagea y Joumblatt, que el yihadista acusa de ser "aliados" de Francia, se oponen al régimen de Damasco y critican la intervención de Hezbolá en Siria. 

 

No obstante, en el video, los yihadistas les acusan de "colaborar" con el movimiento chiita y reclaman la liberación de prisioneros islamistas de las cárceles de Líbano a cambio de la puesta en libertad de los soldados.

 

El jeque Al Masri indicó a la AFP que se reunió el jueves con los jefes del EI en la región siria de Qalamun, fronteriza con Líbano, y que vio a nueve soldados. "Dos de ellos presentan un estado de salud delicado", apuntó.

 

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