23 oct 2014 , 07:58

Atropello mortal supuestamente intencionado dispara la tensión en Jerusalén

Agentes de Seguridad tirotearon al conductor, un ex convicto palestino que trató de huir a pie.

Un bebé de tres meses murió hoy y ocho personas resultaron heridas al arrollar un vehículo a un grupo de pasajeros que esperaban el tranvía en Jerusalén, en una acción que la Policía investiga si fue premeditada.

 

El incidente, que ha disparado la tensión en la ciudad santa, ocurrió a media tarde en una estación conocida como "Amunition Hill", en el este de la ciudad.

 

Según los testigos, el conductor, que procedía del vecino "barrio francés", giró bruscamente y se empotró contra una parada en la que suelen esperar ultraortodoxos que viven en las cercanías, palestinos que viajan a los barrios árabes de Jerusalén Este y colonos judíos que habitan en la colonia de Pisgat Zeev.

 

Desde hace meses, en esta parada, última antes de entrar en el barrio de Suafat, se bajaban gran parte de los pasajeros judíos que preferían continuar en autobús ante la repetición de apedreamientos y otros actos vandálicos.

 

Una situación que había deteriorado este medio de transporte, que el ayuntamiento promocionó como instrumento de coexistencia pero que muchos palestinos consideran una herramienta para incrementar la judeización de la parte este de la ciudad.

 

Otros testigos señalaron que agentes de Seguridad tirotearon al conductor, un ex convicto palestino que trató de huir a pie y quedó gravemente herido.

 

Nada más conocerse la noticia, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó un gabinete de crisis y señaló tanto al presidente palestino, Mahmud Abas, como al movimiento islamista Hamás.

 

"Así es como los compañeros de Abu Mazen (apodo de Abás) en el gobierno actúan, el mismo Abu Mazen que hace solo unos días incitó a atacar a los judíos en Jerusalén", afirmó Netanyahu, en alusión al citado movimiento islamista.

 

Además, antes de la reunión, el primer ministro israelí ordenó que las medidas de seguridad se refuercen en la ciudad santa, escenario de una creciente tensión desde principios de año.

 

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, calificó de "acto terrorista" la muerte del bebé y apuntó, por su parte, a los líderes árabes.

 

En un comunicado, el mandatario recordó la soberanía israelí sobre Jerusalén e instó a las fuerzas de Seguridad a actuar de forma contundente.

 

"La creciente provocación en las calles árabes y en las calles de Jerusalén, que desafortunadamente ha recibido el apoyo de los líderes en el mundo árabe, tiene la capacidad de destruir el frágil equilibrio de la vida en Jerusalén, y nos introduce en una corriente de destrucción y dolor", subrayó.

 

Por parte Palestina no se ha producido ningún comentario tras conocerse lo ocurrido.

 

A comienzos de esta semana, la prensa palestina denunció un suceso similar en el que una niña palestina murió al ser supuestamente atropellada por un colono judío en la Cisjordania ocupada.

 

De acuerdo con los medios, Enas Shawkat, de cinco años, perdió la vida al ser arrollada junto a otra niña por un coche que se dio a la fuga a la salida de la guardería, cerca de Ramala.

 

El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, confirmó que se desplegarán efectivos policiales y se reforzará la presencia militar y de los servicios de Inteligencia israelíes en los barrios de Jerusalén Este, escenario en los últimos meses de choques entre la policía, grupos de palestinos y colonos judíos.

 

"Debemos restaurar la paz y la seguridad en Jerusalén. Como vengo diciendo desde hace meses, la situación en Jerusalén es intolerable y se debe actuar de forma contundente contra la violencia que tiene lugar", afirmó.

 

"Hoy, más que nunca, está claro que debemos enviar unidades de la Policía a aquellos barrios en los que se producen disturbios, y colocarlos de forma estratégica y en un número amplio", agregó.

 

Enfrentamientos estallaron poco después en los barrios de Suafat e Issawiyah, en Jerusalén Este, y en el paso de Qalandia, que controla el tránsito entre esta parte de la ciudad santa y Ramala.

 

La tensión se ha disparado en los barrios árabes de Jerusalén desde que a principios de julio fueran hallados tiroteados los cadáveres de tres estudiantes judíos desaparecidos cuando hacían autostop cerca de la colonia de Gush Etzion, próxima a la ciudad palestina de Hebrón, acción de la que el gobierno culpó a Hamás.

 

Días después, un grupo de ultrarradicales judíos apresaron y quemaron vivo en Jerusalén Este a Mohamad Abu Jedeir, un palestino de 16 años, en una venganza que desató enfrentamientos en su barrio, Suafat.

 

Una tensión que se multiplicó con la ofensiva israelí en Gaza este verano y los lanzamientos de cohetes desde la Franja, y que ha crecido aún más estas últimas semanas con las incursiones israelíes y las restricciones de la Policía al acceso de los palestinos a la Explanada de las Mezquitas.

 

La semana pasada sufrió un nuevo incremento después de que un grupo de colonos radicales judíos se instalara en una serie de inmuebles en el barrio árabe de Silwan, vecino al casco antiguo.

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