02 sep 2014 , 07:42

Fuerzas iraquíes ganan terreno frente al Estado Islámico, acusado de "limpieza étnica"

El EI quiere eliminar cualquier rastro de los no árabes y musulmanes no sunitas en el norte de Irak.

Las fuerzas iraquíes recuperaron este martes el control parcial de una carretera estratégica que une Bagdad con el norte del país, aumentando su ventaja frente al Estado Islámico (EI), al que Amnistía Internacional acusó de llevar a cabo una "limpieza étnica" sistemática.

 

El ejército de Bagdad, los combatientes kurdos y los milicianos chiitas, apoyados por las fuerzas aéreas estadounidenses, consiguieron en los últimos días sus primeros éxitos: el domingo rompieron el asedio de los yihadistas del EI a la ciudad turcomana chiita de Amerli, y el lunes recuperaron la pequeña localidad de Suleiman Bek, 175 km al norte de Bagdad, y la cercana Yankaja.

 

Bagdad anunció este martes que un tramo de la principal autopista que une la capital con el norte del país, donde estos sunitas ultrarradicales controlan amplios sectores, había vuelto a estar bajo control del ejército, según el general Abdelamir al Zaidi.

 

La ruta reabrirá tras casi tres meses cerrada una vez se hayan retirado las posibles minas y obstáculos colocados por los yihadistas.

 

Los habitantes de Amerli recibieron por otor lado con alegría los primeros convoyes militares tras haber resistido más de dos meses el asedio del EI, enfrentándose a la escasez de víveres y agua y a la amenaza de una masacre.

 

Niños y jóvenes apostados al borde de la carretera hacían el signo de la "V" de victoria. Pero la distribución de sacos de cereales y botellas de agua dio lugar a riñas entre los hambrientos habitantes.

 

"Asesinatos en masa" 

Amnistía Internacional denunció en un informe publicado este martes la "campaña sistemática de limpieza étnica" lanzada por el EI para "eliminar cualquier rastro de los no árabes y musulmanes no sunitas" en el norte de Irak.

 

La organización asegura tener "pruebas" de que en agosto se produjeron muchos "asesinatos en masa" en la región de Sinjar, donde vivían numerosos yazidíes, una minoría kurdoparlante no musulmana.

 

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió el lunes en Ginebra enviar una misión para investigar estas atrocidades.

 

Aunque no existe ningún balance preciso sobre el número de muertes provocada por la ofensiva yihadista, la ONU estimó el lunes que al menos 1.420 personas murieron en episodios de violencia en agosto. La ONU calcula también que 850.000 iraquíes tuvieron que desplazarse, sobre un total de 1,6 millones en el conjunto del año.

 

El Estado Islámico proclamó a finales de junio un califato que comprende zonas de Irak y amplios sectores del noreste de Siria, donde ha perpetrado decapitaciones, crucifixiones y lapidaciones públicas.

 

La crisis creada por la ofensiva yihadista llevó a Estados Unidos a lanzar una campaña de ataques aéreos a principios de agosto.

 

Frente a la amenaza del EI, el primer ministro australiano, Tony Abbot, consideró este martes que el uso de la "fuerza extrema" estaba justificado.

 

Londres anunció por su parte un refuerzo de las medidas de seguridad en todo el país por la amenaza yihadista y Berlín  decidió enviar armas a los kurdos.

 

El EI también está implicado en la compleja guerra siria, en la que se enfrenta tanto a los rebeldes como a las fuerzas de Bashar al Asad.

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