02 ago 2014 , 09:00

Una mexicana es elegida como mejor chef de América Latina

Elena Reygadas levantó en 2010 su aplaudido restaurante 'Rosetta'.

Con la misma discreción con que escondió durante un mes que había sido elegida la mejor chef de América Latina, la mexicana Elena Reygadas levantó en 2010 su aplaudido restaurante 'Rosetta' y hoy quisiera ver más mujeres en la alta cocina: "Sí se puede", asegura.

 

Ni siquiera su marido supo de la llamada que recibió anunciándole que la distinguían con el premio Veuve Clicquot a la mejor chef femenina de América Latina de 2014 hasta que fue revelado públicamente el miércoles por la prestigiosa revista británica Restaurant.

 

"La reina subestimada del panorama gastronómico mexicano" tomó el relevo de la brasileña Helena Rizzo, del restaurante Maní de Sao Paulo, por haber convertido a 'Rosetta' en uno de los mejores locales de Ciudad de México gracias a "su cocina sobria, estacional y cuidadosa, pero también llena de imaginación", argumentó la revista.

 

Mientras prepara con esmero un aguachile (ceviche picante) a base de exótica 'almeja chiluda' - o 'gigante' - en la pequeña cocina de su restaurante del barrio bohemio de La Roma, Elena reconoce que recibir este premio le ha resultado "un poco extraño".

 

"Hay muchísimas mujeres que cocinan increíble y el hecho de que me hayan reconocido directamente es muy estimulante, (pero) para nada es que yo piense que soy la mejor chef de América Latina, hay millones", opina en una entrevista con la AFP esta mexicana de ascendencia española de 38 años, formada en el Instituto Culinario Francés de Nueva York.

 

Tan o más delicioso que ella cocinan el "matriarcado" de anónimas tehuanas en la sierra indígena de Oaxaca (sur), considera Reygadas, quien sólo entiende que Restaurant premie desde el año pasado a mujeres chef "porque no hay muchas en el mundo profesional y es una forma de alentar a que seamos más".

 

Casi invisibles en rankings como el que anualmente realiza esta influyente revista, las cocineras que -como Reygadas- dirigen su propio restaurante son escasas. 

 

Y, mientras en la mayoría de hogares son ellas las que alimentan y educan el paladar de su familia, la alta cocina es un mundo esencialmente de hombres.

 

"No hay guarderías que te cuiden al hijo hasta las doce de la noche", ironiza esta madre de dos niñas de trato simple y dulce, quien cree que muchas mujeres declinan dedicarse a la cocina por la dificultad de combinar familia y los largos horarios que requiere un restaurante.

 

Pero su ejemplo, y el de la decena de cocineras que trabajan en su local, debe ser "un aliento para que las mujeres vean que sí se puede, que sí podemos combinar familia y profesión", asegura esta confiesa admiradora de la francesa Anne-Sophie Pic y la española Elena Arzak.

 

Una chef devota de lo italiano

Aunque 'Rosetta' arrancó con una fuerte influencia italiana, este restaurante ubicado en una casa de principios del siglo XX, y decorado con plantas y dibujos florales, ha ido evolucionando hasta experimentar hoy con sabores e ingredientes esencialmente mexicanos combinados con toques de especies árabes, vinagres españoles o quesos italianos.

 

La importancia de la sencillez y la calidad de los productos que Elena aprendió trabajando cinco años en el restaurante italiano Locanda Locatelli de Londres es la base de la carta y se refleja en las pastas artesanales, en los pescados o en el delicioso pan que acompaña la comida y cuya fama hizo que la chef abriera dos concurridas panaderías en la capital.

 

"Tengo mucha curiosidad, muchas ganas de experimentar, de probar, sobretodo de no tener barreras ni prejuicios. Quiero romper lo que te dice la cultura y la historia", expresa Elena, que considera un acierto haber estudiado letras inglesas y no haberse metido de lleno en la formación gastronómica hasta los 24.

 

Con una tesis universitaria dedicada a "Las olas", la novela más experimental de Virginia Woolf, Elena trata ahora de "romper las reglas" detrás de los fogones, aunque de una forma "menos radical" que la empleada por su hermano, el laureado director de cine Carlos Reygadas (mejor director en Cannes), en sus películas impresionistas y ultraviolentas.

 

Y, consciente de que el premio va a generar "mucha expectativa", Elena espera no "defraudar a nadie" y seguir contribuyendo al momento floreciente que vive la cultura mexicana.

 

"Estamos viviendo otro momento de la historia de México. Es un momento de una generación muy consciente y comprometida con su pasión tanto en la gastronomía, como en el cine, la escritura o el arte contemporáneo", celebra.

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