05 jun 2019 , 12:02

La joven que solicitó la eutanasia en Holanda

“(Sobre)vivir. En mi libro leerás cómo lo hago. O, en cualquier caso, cómo lo intento”.

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Así resumía la holandesa Noa Pothoven su autobiografía titulada Winnen of leren ("Ganar o aprender"), en donde narró años de sufrimiento tras haber sido víctima de abusos sexuales y de una violación cuando era niña.

El pasado domingo, la joven de 17 años murió en su casa de Arnhem, Holanda, según lo confirmó su hermana a la publicación holandesa AD.

Pothoven anunció a finales de mayo a través de Instagram que había decidido poner fin a su vida, con conocimiento y consentimiento de sus padres, después de años de padecer estrés postraumático, depresión y anorexia a causa de los abusos.

La información sobre los detalles de la muerte de la joven, de la que no se difundió una causa oficial, fue confusa en los primeros momentos. Algunos medios dijeron que los médicos estuvieron presentes, mientras otros apuntaron que fueron sus padres quienes la asistieron.

Ante esta contradicción, la clínica especializada en eutanasia Levenseinde, situada en La Haya, dijo en un comunicado: "Noa Pothoven no murió por eutanasia. Para poner fin a su sufrimiento, dejó de comer y beber".

Noa murió en una cama de hospital en el salón de su casa y su mensaje de despedida fue muy claro: "El amor es dejar ir".

"Sin rodeos"

Noa se despidió de sus seguidores en Instagram con un mensaje en el que comunicó su decisión de morir.

Portada del libro "Ganar o aprender"

FUENTE DE LA IMAGEN,TWITTER

Pie de foto,

El libro "Ganar o aprender" recibió varios premios en Holanda.

"No me voy a andar con rodeos: voy a estar muerta como mucho en diez días. Tras años de pelea, mi lucha ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva", escribió la joven en una publicación que ya no está disponible en la red social.

"En realidad ya hace tiempo que no vivo, sobrevivo, e incluso eso casi no lo hago. Respiro, sí, pero ya no vivo".

La joven anunció que había dejado de comer y beber desde hacía unos días y que estaba decidida a morir rodeada de sus padres, amigos y todos los seres queridos.

Trauma insoportable

Noa era conocida en Holanda por su libro autobiográfico en el que relataba los abusos y agresiones sexuales de los que fue víctima y su posterior lucha por intentar superar el trauma.

La obra, publicada el pasado noviembre, destacó por su franqueza y desgarro, y recibió varios premios en el país noreuropeo.

El miedo y la vergüenza por las agresiones sufridas hicieron que mantuviera silencio, y empezó a escribir un diario para intentar sobrellevar el trauma.

El diario se convirtió en su exitoso libro.

Según comentó la joven, el objetivo de hacer pública su odisea fue intentar acabar con los tabús en torno a este tema y dar apoyo a jóvenes que atravesaran una crisis similar.

"Mientras Noa hablaba sobre cómo mejorar la vida de los demás, la suya seguía deteriorándose", comenta desde Holanda la corresponsal de la BBC Anna Holligan.

En el libro, la joven describió los distintos ingresos forzosos en centros de atención a menores a los que fue sometida, los intentos de suicidio y los trastornos alimenticios que le impedían disfrutar de una vida normal.

"Este libro", dijo en su momento la madre de Noa, Lisette, "debería ser de obligada lectura no solo para quienes trabajan en el campo de la salud, sino también para abogados infantiles y las instituciones de atención a la juventud".

Petición de ayuda para morir

Grupo de doctores reunidos.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

A pesar de que la eutanasia es legal en Holanda desde el año 2002, los casos de enfermos psiquiátricos siguen levantando mucha controversia en el país.

En su biografía, Noa ya apuntó sus deseos de solicitar la eutanasia, que en Holanda es legal desde 2002 y que también se puede pedir y aplicar en casos de sufrimiento psicológico insoportable.

A mediados de 2018, la joven se acercó sin conocimiento de sus progenitores a la citada clínica Levenesinde para preguntar si se podía someter a eutanasia o a suicidio asistido.

Pero, según le dijo la propia Noa al periódico holandés De Gelderlander el pasado diciembre, le dijeron que no:

"Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio".

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