20 ene 2019 , 01:17

La política de EEUU aún lidia con el racismo, 10 años después de Obama

Los racistas "seguían aquí cuando Barack Obama era presidente, pero tenían miedo".

La esperanza se apoderó el 20 de enero de 2009 de las miles de personas reunidas en Washington para celebrar la investidura del primer presidente negro de Estados Unidos. Diez años después, la política del país sigue lidiando con el racismo. 

 

El republicano Donald Trump ha sido acusado de utilizar palabras racistas, de alimentar las dudas, cargadas de xenofobia, sobre los orígenes de Barack Obama y de dejar que los nacionalistas blancos "propaguen la ira", según los demócratas, al no condenar claramente las manifestaciones neonazis de Charlottesville. 

 

Pero por otra parte, los estadounidenses acaban de elegir el Congreso más cosmopolita de su historia, con el mayor número de parlamentarios negros, hispanos y de otras minorías jamás elegidos, sobre todo en el bando demócrata. 

 

"Trump encarna una reacción muy fuerte a la presidencia de Obama pero, al mismo tiempo, la población se ha vuelto mucho más multicultural", dice Lara Schwartz, profesora en la American University. 

 

"Hemos logrado un avance extraordinario" en 10 años, asegura por su parte Joyce Beatty, una parlamentaria demócrata negra que ha entrado en la Cámara de Representantes. El Congreso "refleja mucho mejor el país", celebra. 

 

En la Cámara Alta solo hay tres negros entre los 100 senadores, pero dos ellos, los demócratas Kamala Harris y Cory Booker están entre los posibles candidatos para las presidenciales de 2020, y el hispano Julián Castro, exalcalde de San Antonio, acaba de anunciar su intención de participar en esos comicios para ser el primer presidente de su comunidad en la historia de Estados Unidos. 

 

¿Estará dispuesto el país a elegir de nuevo a un líder procedente de una minoría cuando acabe el mandato de Trump?

 

"Nada sugiere que esto pueda ser un inconveniente, al menos para las primarias demócratas", opina Jennifer Lawless, politólogo en la Universidad de Virginia.  

 

El abanico de candidatos es menos diverso en el bando republicano, pero algunos analistas no excluyen la posibilidad de ver a la exembajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, una cuadragenaria de origen indio, como compañera de candidatura de Trump en 2020.

 

- Los racistas salen "del armario" -

 

El comienzo del año se ha visto empañado por los comentarios del congresista republicano Steve King, miembro de la Cámara de Representantes, cuyas opiniones racistas se conocen desde hace tiempo. 

 

"Nacionalista blanco, supremacista blanco, civilización occidental. ¿Desde cuándo se ha vuelto ofensivo este lenguaje?", se preguntó en enero durante una entrevista para The New York Times. 

 

Cathy McMorris Rodgers, una influyente republicana en la Cámara, aseguró a la AFP que las palabras de King "no tienen cabida" en el Partido Republicano, que le retiró sus funciones en los poderosos comités parlamentarios. 

 

Pero reconoce que los republicanos "deben hacer más para dirigirse a las minorías, a las mujeres y a los jóvenes". 

 

"No diría que existe un partido (republicano) de racistas y otro que lo hace todo perfectamente", matiza Lara Schwartz, que recuerda que Trump "no ha inventado el racismo en Estados Unidos". 

 

Pero durante su campaña electoral, en la que trató a los mexicanos de "violadores", y desde la Casa Blanca, el republicano parece haber abierto un espacio en este país dividido, donde las opiniones extremistas pueden expresarse con mayor libertad, analiza Schwartz. 

 

El porcentaje de estadounidenses que consideran el racismo con "un gran problema" ha pasado del 50 al 58% entre 2015 y 2017, especialmente entre los demócratas, según el instituto Pew. 

 

Y Estados Unidos registró en 2017 una alza del 57% en el número de incidentes antisemitas respecto a 2016, el mayor aumento desde los años 1970, según la Liga Antidifamación judía. 

 

Los racistas "seguían aquí cuando Barack Obama era presidente, pero tenían miedo y se escondían", opina Gregory Meeks, un congresista demócrata negro. 

 

"Trump les ha dado el valor de creer que ahora es aceptable salir del armario", afirma. 

 

Para Tim Kaine, senador demócrata y compañero de candidatura de Hillary Clinton frente a Trump en las presidenciales de 2016, los dos mandatos de Obama fueron "un gigantesco paso adelante". 

 

"Tengo la impresión de que, cada vez que avanzamos, hay una reacción contraria", dice. Pero "nunca se vuelve tan atrás como al principio. Y luego volvemos a avanzar". 

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