25 sep 2018 , 12:24

Papa Francisco reconoce indignación de jóvenes ante abusos sexuales en la Iglesia

El papa intentó tranquilizar a la juventud cristiana de Estonia.

El papa reconoció este martes en Tallin, durante su visita a Estonia, que los escándalos sexuales que involucran al clero católico provocan indignación entre los jóvenes que no perciben una condena lo suficientemente fuerte por parte de la Iglesia.

Los jóvenes "están indignados por los escándalos sexuales y económicos, ante los cuales no constatan una clara condena", señaló, frente a una audiencia de jóvenes, en su mayoría cristianos, invitados a un encuentro en una iglesia luterana.

A una semana de un "sínodo" (reunión de obispos del mundo entero) en Roma consagrado a los problemas de la juventud, el Papa señaló sin ambages que muchos jóvenes "consideran la imagen de la Iglesia penosa e inclusive irritante".

Según Francisco, la Iglesia debe renovar el vínculo con los jóvenes y escuchar mejor a una "generación de la imagen y la acción, más que de la especulación".

La Iglesia católica se encuentra en la actualidad en medio de una devastadora crisis existencial, debido a la multiplicación de las revelaciones sobre abusos sexuales. Este martes, la Iglesia católica alemana presentó oficialmente sus disculpas tras la publicación de un informe abrumador, que versa sobre agresiones sexuales de muchos de sus miembros a más de 3.600 menores en el periodo 1946-2014.

Tras esta novedad, muchos obispos se encuentran en la mira de la justicia de su país por haber hecho la vista gorda, e incluso por haber trasladado a otras parroquias a sacerdotes pedófilos para eljarlos del escándalo.

- "El amor no está muerto" -

Francisco todavía no ha respondido a las acusaciones incendiarias de un prelado italiano, Carlo Maria Vigano, según el cual, a sabiendas, el papa ignoró durante cinco años los informes sobre los actos imputados al cardenal Theodore McCarrick, presentado como un depredador homosexual de jóvenes seminaristas y sacerdotes.

Finalmente, el cardenal estadounidense, de 88 años, fue acusado formalmente a finales de julio por un abuso sexual cometido en el pasado a un joven de 16 años. El papa lo excluyó inmedatamente del Colegio Cardenalicio, un hecho casi sin precedentes.

La presidenta de la católica Lituania, Dalia Grybauskaite, quien recibió al papa en su país el sábado y domingo, se ha alineado como aliada de éste.

"Vi a un líder al que le pesa una inmensa responsabilidad sobre sus hombros", en particular por los "errores del pasado" de la Iglesia, que deben "ser corregidos", declaró este martes durante una entrevista radiial, en alusión al explosivo 'dossier' de abusos sexuales por parte del clero. "Esto no asusta al Papa", subrayó.

En vísperas de su viaje, el papa aceptó en particular la renuncia de dos obispos en Chile, donde actualmente hay 119 investigaciones en curso sobre supuestos abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia desde la década de 1960.

En este duro contexto internacional, este martes el papa intentó tranquilizar a la juventud cristiana de Estonia.

"¡El amor no está muerto!", les dijo, contradiciendo lo que dice una canción popular del país.

El papa respondía en particular al testimonio de Lisbel, una luterana de 18 años, quien relató el tormento de tener un padre alcohólico y poco cariñoso, pero ella encontró consuelo en la religión.

Los jóvenes "ven que el amor de sus padres se agota, que el amor entre las parejas recién casadas se diluye", destacó el papa. Añadiendo: "experimentan un dolor íntimo al ver que a nadie le importa que tengan que emigrar para buscar trabajo".

Los jóvenes cristianos de Estonia inmortalizaron su llegada tomando imágenes con sus teléfonos móviles, antes de escuchar atentamente su discurso.

"Ha creado una atmósfera de respeto mutuo y de comprensión entre todos", señaló Adeele, una estudiante de secundaria de 18 años, de confesión luterana.

A imagen del país, muchos jóvenes participantes en el encuentro se presentaron como no creyentes.

Fue el caso de Linda Pajula, de 13 años, quien consideraba que esta experiencia podría ser "divertida". "El discurso fue complicado, pero creo que comprendí lo esencial", dijo a la AFP.

Estonia, donde un cuarto de la población es de origen ruso, cuenta con un 16% de ortodoxos, un 10% de luteranos y sólo 6.000 católicos. Una gran mayoría dice rechazar la religión.

Francisco completó este martes un viaje que estuvo centrado en buena parte en la historia tormentosa de los Países bálticos, ocupados durante medio siglo por la URSS.

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