Arresto de exnegociador de FARC es "bofetada" a la paz

La captura de un exnegociador de las FARC requerido en Estados Unidos por narcotráfico, evidencia la "nula" voluntad del gobierno de "facilitar la paz", dijeron este martes los rebeldes del ELN que negocian su desarme en Quito. 

El arresto de Jesús Santrich el lunes "contraviene la soberanía nacional, le da otra bofetada a los acuerdos suscritos con las FARC", expresó en un comunicado el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

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Agregó que la detención solicitada por Washington también "demuestra la nula voluntad del régimen para facilitar un verdadero proceso de paz, en los que se honre la palabra, con cambios y con la construcción de nuevos rumbos para Colombia".

Santrich podría ser extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por conspirar para el envío de diez toneladas de cocaína, según el presidente Juan Manuel Santos.

El exnegociador de paz de las FARC intentó seguir con actividades del narcotráfico luego de firmado el acuerdo a finales de 2016, lo que lo excluye de los beneficios jurídicos que blindan a los exguerrilleros frente a los requerimientos de la justicia norteamericana, de acuerdo con autoridades.

Sin embargo, el ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) denunció que este arresto forma parte de un "plan orquestado por el gobierno de los Estados Unidos con el concurso de la Fiscalía colombiana". 

El ELN, cuyas negociaciones con el gobierno de Santos se realizan en Quito, señaló que Bogotá sigue permitiendo a Washington su injerencia en asuntos internos colombianos y que Estados Unidos actúe "contra los procesos de paz".

Agregó que desde Estados Unidos "prepararon un montaje" contra "uno de los dirigentes de FARC más críticos con el incumplimiento de los acuerdos, quien públicamente, nos decía al ELN que 'miráramos bien lo que estaba pasando en ese proceso (de paz), para no cometer los mismos errores'".

Tras la detención, la FARC declaró en crisis la implementación del pacto suscrito a finales de 2016, que permitió el desarme de unos 7.000 excombatientes.