28 abr 2017 , 04:35

Huelga, protestas y choques en Brasil contra planes de austeridad de Temer

La Policía dispersó con gases lacrimógenos a unos 2.000 manifestantes en el centro de Río.

Enfrentamientos entre policías y manifestantes, paro de transportes y en las escuelas marcaban este viernes la huelga general convocada en Brasil contra las medidas de austeridad del gobierno de Michel Temer, en un país sumido en la recesión y con niveles récord de desempleo.

 

Al comienzo de la tarde, cuando estaban convocadas las principales marchas, el centro de Río se convirtió en un campo de batalla mientras los agentes dispersaban con gases lacrimógenos a unos 2.000 manifestantes frente a la Asamblea Legislativa, constataron periodistas de AFPTV.

 

Los enfrentamientos se prolongaban al caer la noche en torno a la plaza Cinelandia, rodeada por policías del cuerpo antimotines que dispersaban con gases a grupos que se congregaban en las calles aledañas.

 

En la plaza, la multitud oía oradores, al grito de "¡Fora Temer!".

 

 

Ya durante la mañana, la policía había intervenido contra activistas que bloqueaban calles de Sao Paulo y otras ciudades.

 

Se trata, según la Central Única de Trabajadores (CUT), de la primera huelga general convocada en el país desde junio de 1996, contra las privatizaciones y la flexibilización de los derechos laborales impulsadas por el gobierno socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso.

 

En esta ocasión, las denuncias apuntan en particular contra los proyectos de reforma del sistema de jubilaciones y, una vez más, de flexibilización de los contratos de trabajo. 

 

Ambas iniciativas están en votación en el Congreso como parte del programa del gobierno para enderezar las cuentas y sacar a Brasil de la peor recesión de su historia. Según datos oficiales publicados este viernes, el desempleo en la mayor economía latinoamericana alcanzó un nuevo nivel récord de 13,7%, con 14,2 millones de personas en busca de trabajo.

 

Tanto para la CUT, ligada a la izquierda, como para Força Sindical (FS) -cuyo presidente es diputado de la base aliada del conservador Temer- la jornada fue un éxito.  Según FS, casi 40 millones de brasileños adhirieron a la medida de fuerza.

 

"Es una clara demostración de que la gente decidió parar en protesta contra la retirada de derechos que sufre por parte del gobierno", afirmó el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), ícono de la izquierda, en una entrevista con la radio Brasil Atual.

 

"Es una satisfacción saber que el pueblo brasileño está tomando conciencia", agregó el exlíder sindical, favorito en las encuestas de intenciones de voto para 2018 pese a que enfrenta cinco acciones judiciales, en su mayoría por el escándalo de sobornos en Petrobras que salpica a decenas de dirigentes tanto oficialistas como opositores.

 

Para el gobierno, en cambio, la paralización fue un fracaso: "Están impidiendo que las personas lleguen a sus lugares de trabajo. En un primer análisis, eso evidencia que es una huelga que no existe. Es más una huelga de sindicatos perturbados por las decisiones del Congreso", dijo el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a la radio CBN.

 

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