05 mar 2013 , 05:54

Cáncer de Chávez: todo comenzó con un dolor de rodilla

 

 

Un bastón fue el primer indicio de que algo marchaba mal en la salud del Presidente Hugo Chávez. La lesión en la rodilla se atribuyó, en esos días de mayo de 2011, a los juegos forzados de sóftbol o a alguna mala pisada en los eventuales trotes por Fuerte Tiuna.

 

Pero ahora, un año y diez meses después de conocerse que lo aquejaba un mal oncológico -aún sin diagnóstico oficial preciso- algunos médicos estiman que ese dolor inicial de rodilla pudo ser un síntoma del sarcoma que lo aquejó. No significaba metástasis, pero sí el probable reflejo de un nervio aprisionado por el "tumor del tamaño de una pelota de béisbol", tal como lo describió el propio Chávez.

 

La verdadera alarma, sin embargo, la dio el "absceso pélvico" por el que fue operado de emergencia en La Habana el 10 de junio de 2011, en los días finales de una gira por Brasil, Ecuador y Cuba que había comenzado el 5 de junio. Pero tras varios días de convalecencia en la capital cubana y de la visita de los familiares, en Venezuela comenzó a sospecharse de que no se trataba sólo un absceso, sino de algo más grave. Esto se hizo oficial el 30 de junio cuando se confesó que, diez días antes, Hugo Chávez había sido sometido a una segunda operación, esta vez para extraerle un tumor maligno, en un sitio indeterminado públicamente.

 

El tumor, se supo después, se encontraba en su zona pélvica y por las características, los oncólogos descartaron que se tratara de un cáncer de próstata, que fue la primera versión que circuló en ese mar de rumores que desató el cáncer de Chávez debido a la falta de información oficial. Las versiones médicas, más basadas en los síntomas clínicos, apuntaron hacia un raro tipo de tumor, el leiomiosarcoma, desarrollado en el músculo liso de las paredes internas de la vejiga, rodeadas por el urotelio, por lo que no dio síntomas hasta que fue extremadamente grande. La descripción de "pelota de béisbol" y la posibilidad que su crecimiento se hubiese confundido con un absceso pélvico, coinciden con el diagnóstico del leiomiosarcoma.

 

La primera cirugía que se le realizó a Hugo Chávez, aunque se aseguró que era para remover el tumor abscedado, buscó "resecar" la lesión, es decir, extraerla para que el médico percibiera profundidad, tamaño y cuánto ha invadido y para que el patólogo determinara el nivel de malignidad. Estos datos fueron imprescindibles para determinar el tratamiento y ofrecer un pronóstico certero que permitiera un mayor tiempo de supervivencia del paciente. La segunda cirugía, más larga, fue para remover el órgano malignizado. Aunque nunca se conoció oficialmente lo realizado, el protocolo indica que se le debe haber extraído la vejiga entera y la próstata. En la misma operación se habría reconstruido  una nueva vejiga, utilizando parte del intestino.

 

El leiomiosarcoma, por su agresividad y porque suele detectarse tarde, requirió de un tratamiento combinado. Tras la cirugía, la quimioterapia fue el segundo paso. Hugo Chávez comenzó a recibirla en La Habana el 16 de julio y aunque esperaba que sólo fueran dos sesiones, debió someterse a cuatro. Al menos fue lo que se hizo oficial. La tercera sesión se le aplicó en el Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas con supervisión de médicos cubanos. El resto, en La Habana.

 

El tumor del leiomiosarcoma también puede crecer hacia atrás. En esos casos se manifiesta con dolores en la parte posterior de la pelvis pues presiona estructuras nerviosas. O puede provocar incomodidades en las piernas, como reflejo del nervio que presiona en la zona pélvica. Ese pudo ser el verdadero origen de aquel dolor de rodilla inicial.

 

Los protocolos médicos indican que, para tratar el sarcoma de vejiga, se suele recurrir a radioterapia y quimioterapia. La cantidad de fármacos y drogas que recibe el paciente pueden dañar los órganos blandos, como el hígado y el páncreas, que deben ser supervisados estrechamente para evitar problemas. Probablemente, el tono amarillento que tiñó la piel de Hugo Chávez durante algunos meses se debió al mal funcionamiento del hígado. La caída del cabello fue consecuencia de la acción de las drogas oncológicas en el torrente sanguíneo, pues a través de los vasos capilares llegan al cuero cabelludo y debilitan la raíz del cabello.

 

Un tumor tan grande como el que confesó sufrir Hugo Chávez invade los ganglios que seguramente se removieron pero, tal como indicaron reconocidos oncólogos en aquella oportunidad, "lo más probable es que el cáncer regrese". La quimioterapia ayuda a reducir el riesgo pero no es garantía absoluta. Aunque en el caso del Presidente se proclamó la eliminación de las células malignas, el cáncer se manifestó nuevamente ocho meses después de la primera operación, con una lesión de dos centímetros de diámetro, "tamaño nada despreciable", según oncólogos consultados en su momento.

 

El 28 de febrero, diez días después de anunciar la aparición del nuevo tumor, Hugo Chávez fue sometido a una nueva cirugía en La Habana en la que, según el entonces vicepresidente Elías Jaua, "se realizó la extracción total de la lesión pélvica, extirpándose, además, el tejido circundante" sin complicaciones con órganos locales. No fue suficiente.

 

El 4 de marzo, el Presidente notificó que debía someterse a sesiones de radioterapia al menos durante un mes. El 12 de mayo, Chávez anunció el "fin exitoso" del tratamiento y el 9 de julio aseguró estar "totalmente libre de cáncer" y listo para la campaña por la reelección.

 

Pero un tumor tan agresivo no es un enemigo fácil. El 27 de noviembre, a través de una carta, el Presidente solicita permiso a la Asamblea para someterse en Cuba a varias sesiones de ultraoxigenación, realizadas con cámara hiperbárica. Cumplió muy pocas pues el 6 de diciembre retornó a Venezuela para advertirle al país, dos días después, que debía someterse a una cuarta cirugía, tan impostergable que no podía esperar a que transcurrieran las elecciones regionales.

 

El postoperatorio se complicó con el surgimiento de una infección respiratoria que nunca se pudo dominar del todo y que derivó en insuficiencia respiratoria aguda. El 4 de marzo, a las 10.20 de la noche, el ministro de Información, Ernesto Villegas, ratificó la gravedad de la infección respiratoria y que, a pesar de su débil condición, estaba siendo tratado nuevamente con un ciclo de quimioterapia de amplio espectro.

 

Finalmente, el 5 de marzo, a las 4.25 p.m., el presunto sarcoma conocido por su agresividad, pasó factura. 

 

Fuente: El Universal (Venezuela).

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