30 ago 2015 , 09:47

Santos llega a Cúcuta con promesas para deportados colombianos

Miles de personas han abandonado Venezuela de manera forzada o voluntaria.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, regresó hoy a la frontera con Venezuela, parcialmente cerrada desde hace diez días, para prometer a sus compatriotas que trabajará sin descanso para atender su llegada, que sigue siendo continua en otros puntos limítrofes.

 

En su segunda visita a la ciudad de Cúcuta desde que estalló la crisis fronteriza, Santos aseguró que su Gobierno trabajará "24 horas al día, siete días a la semana" para atender a los miles de colombianos que cruzan desde el vecino país a raíz de la orden del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de cerrar parte de la frontera.

 

Según el último balance oficial de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), en los últimos diez días 1.097 personas han sido deportadas por Venezuela y otras 7.162 han abandonado voluntariamente el país vecino por temor a correr la misma suerte.

 

"Toda la actividad del Gobierno, toda la actividad del Estado estará pendiente de ustedes para que ustedes tengan la oportunidad de rehacer sus vidas de la mejor forma posible", aseguró Santos, que recordó a los recién llegados, a los que visitó en un albergue en la localidad de Villa del Rosario, que "no están solos".

 

Su visita llega el mismo día en el que cuatro municipios del fronterizo estado venezolano de Táchira estrenan el estado de excepción que este viernes anunció Maduro, quien también ha enviado 3.000 militares a la zona fronteriza para, aseguró, luchar contra el paramilitarismo y el contrabando.

 

Estas localidades, que ejercen como puntos de cruce alternativos a los pasos internacionales importantes, se unen a los seis municipios en los que está restringida la circulación fronteriza desde el pasado 21 de agosto.

 

Con el estado de excepción ampliado, toda la frontera con Colombia a lo largo del estado de Táchira permanecerá cerrada, lo que supone cerca de 160 kilómetros de límite fronterizo de los 2.219 kilómetros totales entre ambas naciones.

 

Ante esta nueva situación, muchos colombianos residentes en los alrededores de estos cuatro municipios han decidido emprender el regreso a su país por el temor de ser deportados.

 

Es el caso de Arleny Nieto, colombiana de 27 años que ha recurrido a un cruce ilegal para abandonar el país en el que residió durante ocho años y en el que formó una familia. El miedo fue lo que hizo salir anoche precipitadamente de su casa en la localidad de Boca del Grita, en Táchira, al ver aparecer dos tanquetas de soldados venezolanos.

 

"Decidimos salir antes de que nos fueran a sacar a la fuerza o golpearnos y quitarnos a los niños", recuerda esta colombiana, que cogió a sus dos hijos de cinco y tres años y emprendió camino a Colombia dejando atrás a su esposo, venezolano, que decidió quedarse en la vivienda para evitar que ésta sea derribada, tal y como ha ocurrido en otros municipios fronterizos.

 

Ella salió "junto con otras 150 familias" que han ingresado a Puerto Santander, localidad en territorio colombiano, cercana a Cúcuta, a través de un complejo camino que ha incluido la canoa como transporte.

 

No es esta la única zona en la que se están repitiendo las imágenes de éxodo vividas en los últimos días entre San Antonio y Cúcuta, ya que, según Santos, al menos 50 colombianos han entrado al país por el puesto migratorio de Paraguachón (La Guajira).

 

Allí se desplazará mañana un grupo de funcionarios para atenderles, explicó el presidente, que insistió en que su Gobierno recibirá a todos "como se merecen, con los brazos abiertos, con el corazón abierto".

 

Junto a Paraguachón, Colombia y Venezuela comparten los puestos migratorios terrestres de Cúcuta (Norte de Santander) y Arauca (Arauca), y uno fluvial en Puerto Carreño (Vichada), mientras que el resto son cruces ilegales, muchos de ellos en zonas selváticas.

 

Mientras los colombianos siguen llegando, el Gobierno se concentra en conectar a los deportados con las ayudas para encontrar trabajo y vivienda.

 

"Nuestro propósito es acelerar que las personas que están en los albergues entren en el procedimiento para poder tener un empleo, subsidio de arrendamiento y rehacer sus vidas donde ellos lo consideren", declaró Santos.

 

El mandatario señaló que en su visita a un albergue en Villa del Rosario, al lado de Cúcuta, que "la mayoría de la gente tiene unos problemas similares", entre ellos la necesidad de recuperar los enseres que dejaron en Venezuela.

 

"Ahí tenemos todavía los camiones listos. Estamos pidiéndoles a las autoridades venezolanas que permitan el paso de esos camiones para recuperar los utensilios de estas familias, que están todavía en otro lado de la frontera", afirmó.

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