29 ago 2015 , 11:03

Tailandia detiene a un sospechoso relacionado con el atentado de Bangkok

El detenido no es el autor, pero podría pertenecer al grupo que prepararó la masacre.

La Policía tailandesa detuvo, este 29 de agosto, a un sospechoso relacionado supuestamente con el atentado con bomba que el pasado 17 de agosto causó 20 muertos y más de 120 heridos en un templo hindú en Bangkok, informaron los medios locales.

 

Según el diario "Post Today", la Policía afirmó que el sospechoso, del que aún no ha confirmado la nacionalidad, fue arrestado cerca de las 14.00 horas (07.00 GMT) durante una redada policial en dos apartamentos en el noreste de la capital.

 

Las autoridades indicaron al principio que llevaba un pasaporte turco, pero más tarde precisaron que el documento es falso.

 

Los agentes encontraron material para fabricar explosivos en los apartamentos, situados en la calle Chueam Samphan del distrito de Nong Chok y que fueron alquilados el pasado 27 de julio.

 

Se trata de la primera detención que realiza la Policía en relación con el atentado, que ningún grupo ha reivindicado hasta el momento y en el que murieron seis tailandeses, cinco malasios, cinco chinos, dos honkonguenses, un indonesio y un singapurés.

 

Atentado en en un templo hindú en Bangkok

 

El portavoz de la Policía, Prawut Thawornsiri, aseveró que el detenido no es el autor de la masacre, pero podría pertenecer al grupo que ayudó a preparar el ataque.

 

Prawut apuntó que durante la redada, en la que participaron más de cien policías y soldados, encontraron metralla en forma de balines de cinco milímetros similares a la utilizada en el explosivo detonado en el templo o altar hindú de Erawan.

 

La Policía afirmó que hay al menos diez personas implicadas, de las que algunas pueden estar fuera del país, y todo apunta a que el detenido, que es extranjero, no está relacionado con el terrorismo internacional, sino que actuó motivo por razones personales, según el diario "Matichon".

 

Desde que ocurrió la tragedia, en el corazón comercial de la capital, las autoridades han tratado de desvincular el ataque del terrorismo internacional para no dañar el turismo, que aporta cerca del 7 por ciento del producto interior bruto del país.

 

Algunos analistas apuntan a motivaciones políticas, a la insurgencia musulmana del sur del país o incluso a los Lobos Grises, un grupo radical turco que habría atentado para vengarse de Tailandia por deportar a China a un centenar de miembros de la minoría túrquica musulmana uigur.

 

Según Somkiet Boonchoo, "numero dos" del Consejo de Seguridad Nacional durante el Gobierno civil anterior al golpe militar de 2014, el ejecutor del atentado no fue un militante ni un fanático, sino un profesional.

 

En una entrevista, Somkiet se refirió a la sangre fría que mostró el atacante al colocar la bomba y marcharse tranquilamente del lugar, consciente de que lo estaban grabando las cámaras de seguridad.

 

El británico Anthony Davis, experto de la compañía de Defensa y Seguridad IHS-Jane, opinó el pasado lunes durante una conferencia en el Club de Corresponsales de Bangkok que el ataque fue perpetrado por el misterioso grupo islamista turco Lobos Grises.

 

Davis apuntó como posible motivo una represalia por el reciente envío forzoso de los musulmanes uigures a China.

 

El menor número de turistas es palpable en los centros comerciales cercanos a Erawan después del atentado, calificado por el Gobierno como el más sangriento en el país hasta la fecha.

 

El ataque ocurrió un lunes, día en que los vendedores callejeros de flores y ofrendas en torno al templo cierran sus puestos, lo que evitó un número aún mayor de víctimas.

 

La mayor parte de los fallecidos y heridos fueron extranjeros que se había acercado a Erawan, que alberga una popular imagen del dios hindú Brahma.

 

Este ídolo es muy venerado por los tailandeses, que en su mayoría profesan una fe que mezcla creencias budistas, hindúes y animistas, así como otros creyentes asiáticos de países como China, Singapur o Taiwán.

 

La llegada de turistas cayó un 7% en la semana siguiente al ataque y las autoridades creen que el sector perderá este año un millón de visitantes y unos ingresos de 70.000 millones de bat (1.900 millones de dólares o 1.700 millones de euros).

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