26 jun 2015 , 03:36

Fotos y lágrimas, la legalización del matrimonio gay crea euforia en EEUU

Los abrazos, las lágrimas y la emoción no se hicieron esperar por esta noticia.

Un rugido estremeció las afueras de la Corte Suprema de Estados Unidos cuando un mensaje para la historia comenzó a llegar en cadena a cientos de teléfonos móviles: los matrimonios entre personas del mismo sexo son por fin legales en todo el país.

 

Los abrazos, las lágrimas y la emoción no se hicieron esperar. Desde mamás lesbianas con sus niños en brazos a gays entrados en la edad de oro, todos celebran por todo lo alto una medida que llevaban décadas esperando.

 

Melissa Fobear y Stacy Makris contemplan la fiesta junto a Niko, su hijo de cinco meses, quien podrá crecer "en un país donde su familia tendrá los mismos derechos" que las familias heterosexuales.

 

"Estamos muy felices de que haya podido vivir este día", cuenta Melissa embargada por la emoción, la misma que invade a los hermanos Aaron y Austin Rhodes, venidos desde California para ser testigos de este día.

 

Lea más aquí: HISTÓRICA LEGALIZACIÓN DEL MATRIMONIO HOMOSEXUAL EN TODO EE.UU.

 

Ambos se convirtieron hace unos meses en estrellas de internet al reconocer su homosexualidad en un video que se hizo viral. Desde entonces son activistas en favor de los derechos de los LGBT a través de YouTube e Instagram.

 

Esta victoria para su comunidad servirá para decir un día a sus hijos que se casaron con la persona que quisieron "gracias a este momento". 

 

La audiencia de los magistrados fue a puerta cerrada, tan solo unos cuantos privilegiados como Bonny Harbinger vivieron este hito en la lucha por los derechos de los homosexuales.

 

Cuando el juez Kennedy tomó la palabra, relata Harbinger, la tensión era extrema en la sala. "No podíamos respirar", recuerda. La feliz noticia provocó una catarsis de lágrimas, devolviendo a la vida a los que habían contenido el aliento.

 

Pasados los nervios, todos son fotos y sonrisas. El conocido Coro Gay de Washington entona solemnemente el himno estadounidense en medio de una explanada repleta de entusiastas.

 

El presidente de la poderosa organización Human Rights Campaign, Chad Griffin, no tiene casi tiempo de celebrar, ocupado respondiendo el sinfín de llamadas que recibe. 

 

A lo lejos se oye la voz de un hombre pletórico que pregunta al vacío: "¿Alguien quiere casarse conmigo?".

 

"Esto también es por los niños"

 

El júbilo se ha extendido por todo el país. La alcaldía de Nueva York, por ejemplo, no ha dudado en colgar de su fachada varias banderas gays para manifestar su alegría.

 

En el mítico bar Stonewall Inn, símbolo de la lucha por los derechos de los homosexuales en el barrio de Greenwich, decenas de parejas se besan y se hacen fotos para no olvidar el momento.

 

Los Ángeles también se prepara para vivir una jornada de fiesta con la celebración de una multitudinaria concentración en el barrio de West Hollywood, centro neurálgico de la comunidad gay.

 

Todos quieren agradecer el esfuerzo y dedicación de los abogados y activistas que durante años se han peleado ante la justicia para lograr este hito.

 

Uno de ellos es Jim Obergefell, quien denunció al estado de Ohio (norte) para que su nombre apareciera en el certificado de defunción de su marido, John Arthur, con quien se casó en otra región que sí reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo. 

 

"Tengo la esperanza de que el término 'matrimonio gay' pasará pronto a la historia y que a partir de hoy simplemente hablaremos de 'matrimonio'", explica.

 

Su felicidad es compartida con la abogada Mary Bonauto, que no puede dejar de sonreír. "Hoy también es un gran día para todos los niños que ya tendrán que preguntarse por qué sus padres no podían casarse", apunta.

 

Entre tanto jolgorio, destaca ante la Corte Suprema la pancarta de un joven: "Jesús tuvo dos padres y le fue bien".

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