13 feb 2016 , 09:36

Hijos pueden parecerse al primer amor de la madre, según estudios

El fenómeno llamado 'telegonía' intenta demostrar la aplicación de la teoría en humanos.

La primera pareja sexual de una mujer puede influenciar en características físicas de los hijos que ésta tenga con otro hombre. A esta conclusión llegó la revista Ecolog Letters, a partir de un experimento realizado con moscas.

 

Una antigua teoría del biólogo alemán August Weismann llamada “telegonía”, basada en la transmisión de la herencia, explicaba que la estirpe de una hembra y un macho podía adquirir cualidades físicas de otro macho que se hubiera apareado con la hembra anteriormente. Esta idea fue expuesta anteriormente por Aristóteles.

 

La concepción pudo seguir en el olvido, pero un equipo de científicos australianos liderados por Angela Crean la trajo de vuelta, al evidenciarla a través de un experimento con moscas, que consistía en cruzar insectos inmaduros con machos grandes y pequeños. 

 

Una vez que ya eran fértiles, cruzaron a las hembras de nuevo, descubriendo que “a pesar de que el segundo macho engendró la descendencia, el tamaño de la progenie lo determinaba el de la anterior pareja sexual de la madre”, afirma Crean, líder del estudio.

 

Según el estudio, la teoría del alemán Weismann no era tan descabellada, ya que la “primera impregnación” tiene más probabilidades de influir en la hembra que las posteriores. 

 

¿Por qué sucede esto? 

 

Primero, porque la pareja debutante es más joven y segundo, porque las posteriores tendrían que compartir su “influencia” con las anteriores. 

 

Trasladando el experimento de las moscas a los seres humanos, la capacidad del ARN de los espermatozoides podría también alcanzar óvulos inmaduros provocando esa “impregnación” y por tanto estar presente en un embarazo posterior, provocando reordenamientos genéticos que variarían la expresión de los genes.

 

"Podemos imaginar que durante el coito millones de espermatozoides que contienen ADN se depositan en el cuerpo de la hembra y los que no se utiliza en la fertilización son absorbidos por el mismo. Si este ADN extraño se llega a incorporar en las células somáticas y los óvulos inmaduros, la descendencia podría mostrar esta influencia en su constitución genética, y de ese modo proporcionar otra base para telegonía”, afirma el investigador Yongsheng Liu, en un reciente artículo publicado en la revista Gene.

 

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